Cuando Malú se dio cuenta de que Ravi no estaba dispuesto a deshacer el malentendido, lo miró con los ojos abiertos y llenos de dudas. Él se acercó a ella, tomándola suavemente por la cintura, y en ese momento, para Malú, fue como si el mundo se hubiera detenido. Sintió el calor subir a sus mejillas, sonrojándose intensamente.
Ravi sonrió al ver su rostro ruborizarse. Se giró hacia sus amigos y dijo con sarcasmo:
— ¿Creen que soy tan tonto como para presentarles a mi novia, conociendo la índole de mis amigos mirones? ¿Qué tal si dejan de fastidiar a mi chica y vuelven al trabajo?
Los miraba con aire molesto, pero al volverse hacia Malú y notar la duda en sus ojos, suavizó la voz y dijo:
— Malú, mi amor, ¿puedes esperarme en la sala con nuestra hija? Casi termino aquí, ¿ok?
Ella asintió, aunque no entendía por qué Ravi había mentido a sus amigos sobre su relación. Decidió no cuestionarlo, pero en lugar de esperar en la sala, subió a recoger su mochila. Estaba decidida a irse tan p