Capítulo 649
Sí, mi hermano tenía razón.

Cuando a alguien se le acaba el cariño, ya no hay palabras que lo hagan volver.

A la mañana siguiente, fui con mi hermano al hospital a ver a mi mamá.

Apenas llegamos a la puerta, escuché que alguien estaba peleando.

Entre las voces, reconocí la de mi papá.

Carlos y yo nos miramos.

Yo le dije:

—¿Cómo se enteró papá?

—Quién sabe… yo solo sé que vino fue a amargar a mamá —respondió, y de golpe empujó la puerta.

Ahí estaba mi papá, parado junto a la cama, con las manos en la cintura y con cara de enojado.

Mi mamá, en cambio, estaba sentada, callada, limpiándose las lágrimas.

Carlos se enfureció, entró, lo apartó y le gritó:

—¿Para qué viniste? Nadie te invito.

Me acerqué rápido y abracé a mi mamá.

—¿Qué pasó? —le pregunté.

Ella no dijo nada.

Eso hizo que Carlos se enfureciera más, agarró a mi papá por el cuello de la camisa y le dijo:

—¿Qué le hiciste?

—¡Oye! ¿Así le hablas a tu papá? ¡Suéltame! —dijo él, tirando de la mano de mi hermano— ¡Suéltame, soy tu pap
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