Aurora
Los recuerdos llegan como flashes de cámara rota. Fragmentos de aquella noche que mi mente decidió enterrar tan profundo que ni siquiera yo podía desenterrarlos. Pero ahora, sentada en la penumbra de mi cuarto con el diario abierto sobre las rodillas, las imágenes se filtran a través de las grietas de mi conciencia como agua sucia.
Una fiesta. Música demasiado alta. El sabor metálico del miedo en la boca.
Y luego... nada.
Un vacío negro que se extiende por horas, hasta que despierto en una habitación que no reconozco, con ropa que no es mía y un silencio que grita verdades que no quiero escuchar.
*Algo no encaja.*
La certeza me golpea como una bofetada. He pasado meses culpándome por algo que ni siquiera recuerdo haber hecho. Meses cargando con una culpa que se siente ajena, como un abrigo que no me queda bien pero que alguien