Gael
El sobre no tiene remitente. Tampoco timbre postal. Solo mi nombre escrito con una caligrafía que no reconozco, demasiado pulcra para ser casual, demasiado deliberada para ser inocente.
Lo encuentro debajo de mi puerta cuando regreso del entrenamiento. Mis manos aún tiemblan por la adrenalina, por la forma en que golpeé el saco hasta que se me entumecieron los nudillos. Pero al ver esa carta, el temblor se intensifica por razones completamente diferentes.
La abro con dedos torpes, como si fuera una bomba a punto de explotar.
*"Tu padre tenía otra hija. Pregúntale a tu madre."*
Ocho palabras. Ocho palabras que destrozan todo lo que creía saber sobre mi familia, sobre mi vida, sobre las grietas que ya de por sí atravesaban mi realidad.
Me quedo ahí, parado en el umbral, leyendo y releyendo la frase hasta que las letras se difumina