POV: León
Desde muy temprano estoy en mi puesto. Llevando a cabo mis labores cotidianas. Mi cuerpo está inmóvil. Mi vista está fija en el horizonte, donde no hay más que vegetación a la vista.
Pero mi mente está más que puesta en lo que pasó anoche con Riccardo. De tan solo acordarme del golpe que me dio en la cara. La ira crece despavorida por mi cuerpo. Llegando hasta las yemas de mis dedos. Bajo mi vista hacia el arma que siempre traigo. La idea de matar a Riccardo no me resulta tan mala. Sin embargo, sé que si lo hago, ni Evolet ni yo saldríamos vivos de aquí.
Suelto el gatillo. Estoy consciente de que las ideas descabelladas no son buenas.
Lo que tengo más que claro es que, por más amenazas que me dé ese infeliz, no me alejaré de Evolet.
Llevo mis dedos hacia mis labios al conmemorar el dulce sabor de sus labios. La calidez que recorrió mi cuerpo. Y estoy más seguro de que siento algo por ella y no se la dejaré. Solo seré más cuidadoso no quiero ponerla en riesgo.