Dos Latidos

Dante regresó de la villa con el corazón acelerado. Rafaele le había avisado que le harían una ecografía final para asegurarse de que el bebé estuviera bien antes de ir a casa. Los exámenes de Serena habían salido bien, así que era el último paso antes del alta.

Cuando llegó a la clínica, Rafaele y Teo lo esperaban en el corredor. Ambos se enderezaron al verlo. Rafaele, con su porte habitual y el aire contenido de quien ya sabe más de lo que dice, le sonrió apenas.

- Tu esposa te espera, figlio mio. La doctora está preparando el equipo.

Dante asintió, intentando ocultar el nerviosismo que le tensaba la mandíbula. Había pasado noches enteras temiendo por Serena y, aunque sabía que estaba fuera de peligro, una parte de él no se relajaría hasta verla con sus propios ojos.

Teo le