Mundo ficciónIniciar sesiónEl Legado del Equilibrio
La villa resplandecía bajo el sol de la tarde, rodeada del perfume a limoneros y romero que llegaba desde los jardines. Las risas se oían incluso antes de que Dante y Serena cruzaran la galería. En la terraza, la mesa de juego estaba cubierta con fichas, copas de vino y un tablero de ajedrez antiguo que Arthur observaba con el gesto concentrado de un general en plena estrategia.
- Te lo advertí, Arthur. - decía Rafaele, reclinado en su silla, con una copa en la mano y ese brillo de niño travieso en los ojos - El caballo siempre gana a la reina si sabe esperar.
- Eso es trampa. - refunfuñó Arthur, con el ceño fruncido y una sonrisa apenas contenida - Has estado distrayéndome con tus anécdotas desde que comenzó la partida.
- Distracción, estrategia… depende del punto de vista. - intervino Teo, riendo mientras moví







