Punto de vista de Josefina
Me sentí... liberada.
Durante todos esos años intenté apartar el dolor interno de no tener una loba, de ser diferente. Y estaba feliz con eso, estaba prosperando, pero ahora que la tenía, no podía imaginar mi vida sin ella.
Nunca supe qué esperar, pero ahora que sabía cómo era tener una loba, me pregunté cómo había logrado estar sin ella.
Todo estaba súper claro, fue como si mi visión se hubiera mejorado diez veces. Podía ver pequeños insectos moviéndose en la hierba entre sus patas. Distinguí cada parte de ellos, sin necesidad de entrecerrar los ojos. Eso era increíble.
Al ver hacia arriba, mi visión cambió sin siquiera pensarlo. Había pasado de una forma microscópica a una de larga distancia, podía ver los árboles frente a mí como si usara un telescopio, veía cada hoja con una definición clara, como si se tratara de alta definición, incluso desde la lejanía.
No podía verlos, pero también podía percibir que los guardias estaban en las fronteras, que las cosa