No estaba preparado para esperar más, necesitaba recuperar a mi compañera y mataría a cualquier renegado que se interpusiera en mi camino.
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Desde el momento en que escondimos los vehículos de la manada, actuamos en modo de sigilo completo.
Solo con los guerreros del Fantasma Oscuro conmigo, toda la comunicación sería a través del enlace mental de la manada, lo que significaba que no había necesidad de hablar... de hacer ningún sonido.
Esa no era solo una operación de vigilancia; era una rescate... con un objetivo claro.
Encontrar y salvar a mi compañera.
Dejé que mi bestia se transformara, dejé que tomara el control mientras merodeábamos en los edificios de la granja abandonada, dejé que matara a cualquier renegado que se interpusiera en su camino, arrancándoles la garganta con facilidad.
No eran rival para mi gran lobo Alfa... nadie lo era, nunca.
Un caos masivo estalló cuando mujeres y niños fueron utilizados como escudos humanos por los mismos machos que se suponía que debían pro