Mundo ficciónIniciar sesiónEstaba atrapada, atrapada en un vínculo de pareja que detestaba. ¿Algún día escaparía de su control? —Yo, Tomás Sanz, Alfa de la Manada del Desierto Ámbar, te rechazo a ti, Carla González, como mi Luna. Recordaba sus crueles y cortantes palabras como si las hubiera pronunciado ayer. Nuestro vínculo de pareja era inexistente. Eso era mentira, existía, pero Tomás no se permitía acercarse a mí... ni estar a solas conmigo en una habitación. Era como si le diera asco. Me había reducido a nada. Era como la sombra de una pareja, y lo odiaba por eso. No podía seguir viviendo así, esperando... Era Carla González, la legítima Luna de la Manada del Desierto Ámbar. Sin embargo, mi pareja, el Alfa Tomás, se negaba a dejarme gobernar a su lado. Me sentía engañada por nuestro vínculo, y que no deseada por él. Había pasado varios años intentando que me amara... que me viera... ¿pero cómo podía lograrlo? Él ya tenía a otra... No podía quedarme, ya no era seguro para mí ni para mi bebé. Un bebé creado por la fuerza. Tenía que irme... tenía que huir y encontrar a mi padre. Él era la única salvación que tenía. Sin embargo, había sido visto por última vez en la manada enemiga, la Manada del Fantasma Oscuro. Era una manada notoria con un Alfa frío y calculador, que no toleraba a los forasteros. Se decía que aquellos que entraban en la manada nunca volvían a ser vistos. Pero no tenía elección... debía adentrarme en la manada enemiga para librarme de mi vínculo de pareja. Al final encontré a otro. Otro que me condenaba al mismo engaño del vínculo de pareja.
Leer más¿Mercedes habría estado aquí? ¿Me habría llevado a otro lugar? ¿Se habría enterado de que trabajaba para el Alfa Darnell?—Solo espero que te gusten las rimas... —su actitud era de pura diversión, un contraste con mi creciente impulso asesino.Podía sentir que era un Alfa; su aura emanaba de él, pero no resultaba amenazante... lo que él no sabía era que me había enfrentado a Alfas como él con los ojos cerrados.Por cada paso que daba él acercándose, yo daba uno lateral, intentando acercarme a la puerta, pero sabía que saltaría sobre mí en cuanto estuviera a su alcance. Necesitaba algo, algún tipo de arma.Mis ojos buscaban con desesperación algo, cualquier cosa que pudiera usar para incapacitarlo.—No voy a hacerte daño... —dijo, mostrando las palmas de las manos.—Lo sé —respondí con seguridad, manteniendo su mirada. No me haría daño porque no se lo permitiría.No caería en ese truco.Mi loba me impulsaba al modo lucha o huida, advirtiéndome que ese impostor no era el mismo hombre que
Punto de vista de RunaUn dolor punzante en el brazo me despertó lentamente de un sueño profundo. Debí haberme quedado dormida en una posición incómoda sobre el piso del granero, con la cuerda clavándose aún más en mis muñecas.Sabía que mi cuerpo estaba entumecido por el frío helado porque ni siquiera sentía el suelo duro; parecía blando... como flotar en una nube.A menos que estuviera muerta.Abrí los ojos con fuerza, confundida al no ver el cielo abierto, sino un techo. Escaneé los alrededores con la mirada: parecía estar en un dormitorio, y por la decoración, deduje que era de un hombre.Cerré los ojos, esperando volver al sueño, sentía que alucinaba... pero unos ojos de lobo verde oscuro hicieron que mi cuerpo se estremeciera hasta la médula, eran unos ojos que amenazaban con atravesar mi alma, que gritarían mis pecados y arrancarían mi alma lejos de mí.Abrí los ojos de golpe, incorporándome al instante.Cualquier idea de sueño había desaparecido, mis pensamientos regresaron al
—Es la razón exacta por la que no le dije a nadie. Ramón y yo tuvimos una oportunidad, la primera pista prometedora en días... si hubiéramos esperado un poco más... quién sabe qué habría pasado. No sabes lo que le han hecho.Mi voz se hizo más fuerte cuando la ira tomó el control de nuevo, no estaba preparado para una charla en ese momento.Tuve la oportunidad de encontrar a mi compañera, de salvarla... y la aproveché.No me arrepentía de mis acciones.—El hecho de que esté arriba luchando por su vida debería decirles todo lo que necesitan saber. Si hubiera esperado, habría llegado demasiado tarde para ella.—Deberías dormir, Javier; te despertaré si hay algún cambio. —la voz calmante de mamá me llegó.—No, no descansaré hasta que Josi esté aquí. Si ella no puede ayudarla, entonces nadie puede.***Josi y Lucas llegaron unas horas más tarde. Casi arranqué a mi hermana fuera del vehículo, para disgusto de su compañero.La llevé arriba hasta mi dormitorio, donde mi compañera yacía en mi
Punto de vista de JavierMi cuerpo se aferró a ella en el asiento trasero del coche, sin soltarla ni una sola vez, sin romper ese contacto entre nuestra piel que resultaba en una erupción de hormigueos sobre mis brazos.Podía estar inconsciente, pero los hormigueos evitaban que mi corazón acelerado explotara por el miedo de que fuera a morir en mis brazos. Podía sentir los hormigueos débilmente, pero aún los sentía.El Beta Ramón llamó al hospital de la manada con anticipación, preparando a un equipo médico para que nos esperara en la casa del Alfa. El creciente nivel de posesividad estaba afectando mi respiración, mi lobo lo aumentaba mientras miraba a través de mis ojos, revisándola por sí mismo, como si no pudiera confiar en mí con ella, como si no fuéramos la misma maldita entidad.—¡Cúrala! —gruñó mi lobo en mi cabeza.—No, tenemos que esperar a Josi —le sisee de vuelta, siempre había una batalla de poder entre nosotros.—Ella es nuestra maldita compañera, cúrala, ahora. —presionó
No estaba preparado para esperar más, necesitaba recuperar a mi compañera y mataría a cualquier renegado que se interpusiera en mi camino.***Desde el momento en que escondimos los vehículos de la manada, actuamos en modo de sigilo completo.Solo con los guerreros del Fantasma Oscuro conmigo, toda la comunicación sería a través del enlace mental de la manada, lo que significaba que no había necesidad de hablar... de hacer ningún sonido.Esa no era solo una operación de vigilancia; era una rescate... con un objetivo claro.Encontrar y salvar a mi compañera.Dejé que mi bestia se transformara, dejé que tomara el control mientras merodeábamos en los edificios de la granja abandonada, dejé que matara a cualquier renegado que se interpusiera en su camino, arrancándoles la garganta con facilidad.No eran rival para mi gran lobo Alfa... nadie lo era, nunca.Un caos masivo estalló cuando mujeres y niños fueron utilizados como escudos humanos por los mismos machos que se suponía que debían pro
Punto de vista de JavierOtra pesadilla me despertó en las primeras horas de la mañana. Solo habían pasado unos días desde que dejé las montañas, pero había regresado dejando una parte de mi alma allí.Lo sabía, mi lobo lo sabía... y me lo recordaba cada segundo del día.La culpa infecciosa me carcomía, incluso en mis sueños.Nada ayudaba, ni entrenar... ni beber.No era el único que luchaba por dormir, mamá seguía despertándose, gritando... y papá tenía que calmar su estado deteriorado por la muerte de su hermana gemela, nuestra amada tía.Algo completamente inconcebible para mí. Yo era el mayor de los trillizos... y ni siquiera podía empezar a comprender por lo que estaba pasando. Se suponía que el vínculo de hermanos gemelos era tan fuerte como un vínculo de compañeros, las almas creadas al mismo tiempo dejaban una marca la una en la otra.Seguía despertando con un sudor frío tras ver a una figura encapuchada en la cueva, atada con cuerdas ensangrentadas... luchando por respirar...
Último capítulo