Capítulo 10. Parte 2
Diego:
No es mi esposa, es una desconocida, y lo único que sé de ella es su nombre... A Antonella le gusta cantar, al igual que a mí, y aquí estoy, embistiéndola, con un placer inigualable. El orgasmo viene, y caigo rendido encima de ella, sostenido solo de un brazo, sin evitar darle pequeños besos por los labios y el rostro, y aunque sé, siente vergüenza, a pesar de lo que acabamos de hacer, no puedo evitar mirarla a los ojos, recibiendo de su parte una tímida sonrisa.
Jamás se me pasó por la mente engañar a mi esposa, pero no hay vuelta atrás. Me acomodo en la cama para descansar, y acerco a Antonella hacia mí, abrazándola, mientras que ella solo se limita a esconder su cabeza entre mi cuello, dándome la oportunidad de oler su dulce perfume.
Siendo la una de la mañana, decido descansar un rato antes de llevarla a su casa. Comienzo a cerrar los ojos, para dormir una hora por lo menos, pero, a medida que voy quedándome dormido, visualizo lo sucedido esta noche, estando claro que no vo