Capítulo 10. Parte 1
Antonella:
Un beso cargado de deseo, un beso jamás recibido, un beso lleno de promesas. No lo conozco, ni él me conoce a mí, sin embargo, la energía que flota a nuestro alrededor me pide que siga con esto que sé, está mal. Mi vida es tan aburrida y rutinaria que no puedo negar lo que mi cuerpo me pide a gritos.
Salimos en completo silencio del bar Karaoke, Diego abre la puerta del copiloto de su auto, y me subo sin dudar de lo que estoy haciendo. Mi cuerpo tiembla de los nervios mientras rodea el auto para sentarse a mi lado. Él no me mira, ni menos yo a él, solo conduce en pleno silencio hacia ese destino que estaba escrito, y que hay que cumplir.
«Y si no hay que cumplir, lo haré sí o sí, papacito, y si él se arrepiente lo violo... ¡Ay, yo no soy así! Pero lo violo igual... ¿O no? No...»
Una gran puerta se abre, tomo aire y entro, miro a mi alrededor y visualizo una cama y dos mesitas de noche, una a cada lado. Detrás de mí está él, y, aunque los nervios me comen viva, me volteo par