Capítulo 10. Parte 3
Antonella:
Saco los billetes de mi bolso y se los entrego al taxista. Él me mira con sorpresa mientras yo, sin más, me bajo del auto para correr hacia mi casa. De repente, un grito me hace saltar, pero es solo el conductor que me dice algo incomprensible.
—¿Qué sucede? —Me acerco un tanto agitada, pensando que la vecina chismosa saldrá en cualquier momento.
—Falta dinero...
—¡Ay! —exclamo, y con manos temblorosas, saco un par de billetes más para que me deje en paz.
Meto la llave en el cerrojo y entro a mi casa prácticamente corriendo, con el corazón golpeando fuerte en mi pecho como si alguien me persiguiera...
«¡El taxista! Ya le pagué...»
Subo a mi cuarto, sacándome por el camino la ropa que llevo puesta, y la meto en una bolsa que luego guardo en el armario, casi sin mirar. Me doy una ducha exprés y corro nuevamente, solo que esta vez, hacia la cocina, sabiendo que no tengo tiempo suficiente para preparar lo que le prometí a Bruno, y aún así me convenzo de que puedo improvisar alg