Secretos al filo (2da. Parte)
La misma noche
Málaga
Camila
Confiar en Iván me resultaba imposible, y sin embargo ahí estaba, dándole una oportunidad. No entendía qué demonios me pasaba. Su llegada había desordenado todo, no solo en la familia sino también en mi cabeza. Había algo en él que me atraía como un imán, aunque sabía que era un juego peligroso y prohibido. No podía apartar la foto de esa mujer de mi mente; su parecido con él era innegable, y la forma en que Iván reaccionó cuando la mencioné me dejó aún más intranquila. Vi en sus ojos dolor, sí, pero también rabia contenida y un secreto que se le escapaba entre los silencios.
Me repetía que estaba aquí para conocerlo mejor, para entender quién era en realidad este hombre que había irrumpido en nuestras vidas con tanta fuerza. Pero lo cierto era que también estaba aquí porque me podía más el deseo que la prudencia. Y eso me asustaba. No era el tipo de mujer que se dejaba arrastrar, pero con Iván sentía que caminaba sobre hielo delgado, y cada paso que daba