Paula alzó las manos al cielo al ver el mensaje de Gonzalo, convencida de que el jefe de Clara iba muy en serio. Martina, con su humor habitual, no tardó en bromear con hacerse cargo del “paquete”, mientras Clara se hundía en el sofá, roja como un tomate, repitiendo que estaba completamente perdida. Paula, en cambio, creía que estaba a punto de vivir la aventura de su vida.
Entonces, el móvil de Clara vibró. Era una alerta de Instagram. Una nueva publicación de Hugo: él, la rubia y una sonrisa que nunca le había dedicado a ella. Sin pensarlo más, Clara abrió el chat con Gonzalo. Escribió un simple “Vale”, y el respondió al instante: Estoy en camino.
Se quedó paralizada, leyendo y releyendo el mensaje mientras el cerebro intentaba procesarlo. ¿Había leído bien? ¿De verdad su jefe estaba en camino?
Clara entró en pánico al ver el mensaje: Gonzalo estaba en camino. Mientras Paula y Martina revolvían la cocina en busca de algo dulce, ella gritaba como si se avecinara un apocalipsis. Qui