Capítulo 79. Perdiendo el control
La cercanía volvió a tensarse entre nosotros.
Un segundo más.
Dos.
Y Ginevra, que siempre se contenía, que siempre frenaba primero, esta vez fue la que volvió a besarme.
Me tomó del cuello con ambas manos, evitando la costilla, porque hasta para perder el control era precisa, y me atrajo hacia ella como si no hubiera un mañana. Como si hubiera estado conteniéndose demasiado tiempo.
El dolor en mi costado ardió, pero ni me importó.
Porque ella tembló contra mí. Y eso… eso me destruyó.
La abracé por la cintura, bajé una mano por su espalda sintiendo cómo su respiración se aceleraba al ritmo de la mía. Ginevra se pegó más, como si necesitara calor, escape, alivio, lo que fuera que la estaba consumiendo.
Mi boca bajó a su cuello y ella soltó un suspiro corto. Uno de esos que no daba seguido.
Uno de esos que casi nunca se permitía frente a mí.
—Leandro… —jadeó, apoyando la frente en mi hombro.
—Te tengo —murmuré contra su piel.
Mis manos encontraron los botones de su camisa. Ella no dijo n