La luz suave del atardecer se cuela por las cortinas del salón mientras Ava corre por toda la casa con una capa improvisada hecha con una toalla de cocina y una corona de cartón torcida sobre la cabeza.
—¡Soy la reina pirata del universo! —grita, subiendo al sofá con un salto torpe—. ¡Y ustedes, mis súbditos enamorados, deben hacerme reverencia!
Clara ríe con fuerza, apoyando la cabeza en el respaldo del sillón mientras Ethan finge inclinarse solemnemente.
—Su majestad, qué honor tenerla entre nosotros —dice él, con voz teatral.
Ava baja del sofá y corre hasta Clara, tomando su rostro entre sus manitas.
—Mamá, ¿tú y papá se van a casar otra vez?
Clara se traga la risa y se queda congelada. Ethan alza las cejas, divertido, y se limita a mirar a Clara, esperando su reacción.
—¿Por qué lo preguntas? —responde Clara, intentando mantener la compostura.
—Porque ahora se miran como las parejas que se van a casar. Así como en las películas que me deja ver la niñera —responde con naturalidad,