C86: Yo soy un hombre libre.
Nadia siguió mirando a través del espejo, evaluando cada palabra y cada gesto de Elian con cautela. Había algo en él que no terminaba de encajar. Aquella fachada amable, ese tono considerado y la manera correcta en que se dirigía a ella, no coincidían con la imagen que ya tenía formada en su cabeza.
Sabía muchas cosas. Había escuchado a Indira más de una vez, incluso en sus momentos de mayor fragilidad. Sabía del matrimonio fallido entre Elian y su prima, de las múltiples infidelidades, de las mentiras constantes. Sabía también lo que ocurrió con una de aquellas mujeres con las que Elian había engañado a Indira. La joven, víctima de una brutal agresión ordenada por la propia Indira, había quedado irreconocible. Terminó quitándose la vida días después.
Y aunque Nadia no sentía una verdadera compasión por Indira —pues siempre había sido tratada con desprecio por ella—, no podía ignorar el deterioro emocional que su prima había sufrido como consecuencia de esa relación. Tenía que ir con