Rowan sostenía el teléfono mientras escuchaba a Luciano darle las novedades. El tono de su socio era seguro, y no era para menos: acababa de confirmarle que Adrián Vellani había aceptado retirarse por completo del proyecto de Jared. Todo había sucedido con una rapidez admirable.
—Excelente, Luciano, muy bien hecho —dijo Rowan con satisfacción,—. Entonces, Adrián Vellani pasará a ser nuestro nuevo inversor.
—Sí —respondió Luciano—. Todo se está desarrollando de acuerdo al plan.
Rowan, sin embargo, no se conformaba con ese primer paso. Lo suyo nunca fue la complacencia, y mucho menos la pasividad.
—Perfecto. Pero escucha, esto no acaba aquí. Quiero que vayas más allá. Necesito que investigues a toda la familia —ordenó, sin dejar espacio a dudas—. Examina la vida de Jared, la de Indira y también la del primogénito, Killian. Hazel queda fuera de la ecuación. Después del escándalo que protagonizó, ya no representa nada para el apellido Bennett. Lo que me interesa son los otros tres. Quiero