—Entonces explícame —dijo Rowan—. Porque quiero saber, necesito entender qué es lo que está pasando realmente. Al principio... al principio lo acepté todo sin hacer preguntas, sin pedirte nada. Solo quería ayudarte. Pensé que estabas pasando por un momento difícil, pensé que necesitabas apoyo, y no dudé en darte eso. Pero ahora... ahora ya no entiendo nada. No sé quién está en lo correcto y quién está mintiendo, no sé quién está diciendo la verdad y quién está ocultando cosas. No sé si los malos son ellos... o si, en realidad, eres tú.

Nadie bajó la mirada, respirando con dificultad.

—Ya, Rowan... —dijo ella, sin mirarlo a los ojos—. Entiende que estoy cansada de todo esto. Agotada. Ya no puedo más con este asunto. No quiero seguir hablando de esto, no quiero tener que mencionarlo otra vez. No quiero tener que revivirlo en palabras. Tú no sabes lo duro que es para mí, no sabes lo que duele tener que hablar de la familia... esa familia con la que viví durante tantos años. No lo entiend