En mi ceremonia de apareamiento con Diego Morales, el heredero alfa al que había amado durante ocho años, Ivy, su amor de la infancia le envió un mensaje con la foto de una prueba de embarazo. Él no lo dudó ni por un segundo, canceló nuestra ceremonia de apareamiento y salió corriendo para cuidar a su amor de la infancia. Después de que abandonó el salón de ceremonias, Ivy proyectó unas fotos en la pantalla gigante que tenía detrás. Eran fotos de los dos enredados en mi propia habitación. Entonces, Diego me envió un mensaje: «Esa noche estaba borracho. Ivy está esperando un hijo mío, y tengo que estar ahí para ella.» «Quería ocultar el embarazo y criar al cachorro sola, pero es una omega. Es muy difícil para una omega criar a un hijo sola, especialmente cuando está compitiendo para ser la Sanadora principal de la manada... no puedo arruinar su futuro, y no puedo abandonar una vida inocente.» «Tú eres una loba alfa. Las lobas de alto rango no se embarazan fácilmente, y siempre has querido tener hijos pronto, ¿verdad? Después de que ella dé a luz, haré los arreglos para que estudie sanación avanzada en la Alianza. Así, tú puedes criar al niño, y solo te reconocerá a ti como su madre.» Como no le respondí, añadió otro mensaje: «El marcado oficial y la reprogramación de nuestra ceremonia de apareamiento tendrá que esperar hasta después de que Ivy dé a luz.» Me quedé mirando la pantalla de mi teléfono, riéndome hasta que los ojos me ardieron por las lágrimas. Era la única heredera alfa de la Manada Colmillo Tormenta, la manada más poderosa de los territorios del sur. ¿De verdad pensaba que no tenía más opción que elegirlo a él para ser mi compañero? Marqué directamente el número del rey alfa, Mateo Villanueva. —¿Todavía estás dispuesto a ser mi compañero?
Ler maisMateo le atrapó la muñeca con facilidad, dejando en evidencia su fuerza superior.—Fue —gruñó Mateo, la voz de su lobo era distorsionada y amenazante—. Tiempo pasado.Justo cuando Mateo se preparaba para asestar otro golpe devastador, abrí la puerta del probador y me interpuse entre ellos.Mi corazón estaba acelerado, pero mi voz se mantuvo firme. —Diego, vete inmediatamente.Ambos hombres se quedaron inmóviles, con su atención dirigiéndose hacia mí.Diego me miró fijamente, sus ojos llenos de una incredulidad desesperada. —Valeria, ¿en serio lo estás protegiendo? ¿Después de todo lo que hemos vivido?La sangre fluía continuamente de la herida en su frente, deslizándose por su mejilla y mezclándose con lágrimas que parecía no darse cuenta de que derramaba.Ese rostro que una vez fue apuesto, ahora estaba hinchado y desfigurado, su camisa blanca se encontraba manchada de sangre y polvo. Su cabello, usualmente perfecto, colgaba lacio y despeinado. No quedaba rastro alguno de sus antiguos
Las palabras de Diego me dejaron sin habla. En realidad, me divirtió su lógica tan descarada.¿Cómo podía estar ahí arrodillado, la cara en alto después de haberme abandonado, y exigir que rompiera mi vínculo con Mateo? Su descaro era impresionante.—Eres increíble —susurré, negando con la cabeza—. ¿Acaso te escuchas a ti mismo?Los ojos de Diego brillaron con desesperación. —¡Valeria, te lo suplico! ¡Haré lo que sea!Mateo, que había permanecido en silencio detrás de mí, finalmente llegó a su límite. Todo su cuerpo se tensó y los músculos se le contrajeron como un depredador listo para atacar. Su rostro se ensombreció mientras me empujaba suavemente hacia el probador, su voz era peligrosamente tranquila. —Quédate adentro, no salgas.—Mateo...—Por favor —me interrumpió, su mano tembló ligeramente al tocar mi mejilla—. Confía en mí.Asentí obedientemente, reconociendo el tono peligroso en su voz. A través de la rendija de la puerta, observé cómo Mateo se aflojaba la corbata con lentitu
Diego irrumpió furioso, con el cabello despeinado y la ropa arrugada, parecía haber corrido todo el camino hasta la tienda.Se acercó para agarrarme, sin dudarlo. Pero lo esquivé con asco, refugiándome instintivamente detrás de Mateo.—No me toques —le dije con dureza.La mano de Diego cayó vacía, un destello de dolor cruzó por sus ojos que rápidamente, fue reemplazado por una furia desesperada.—¡Valeria, hasta los berrinches tienen límites! —gritó, su voz resonó en la boutique.Las asistentes de la tienda se dispersaron, sintiendo la peligrosa tensión.—¡Expusiste ese video, me bloqueaste, y contrataste a este hombre para actuar...! —Diego gesticuló salvajemente hacia Mateo—. ¡Has llevado todo al extremo, pero puedo pasar por alto todo eso!Su respiración era entrecortada, como si hubiera estado corriendo por kilómetros.Señaló a Mateo, con su voz ronca por la emoción. —¡Te defendí frente a todos! ¡Resistí la presión para rechazar el vínculo con Ivy! ¡Te elegí por encima de todo! ¿Y
Ivy se agarró el vientre de repente y gritó. —¡Me duele tanto... bebé... no asustes a mami...Su voz sonaba estridente y teatral, era la misma actuación que había dado docenas de veces antes.Allí iba otra vez.Diego la miró con ojos muertos y el rostro completamente inexpresivo. Ya no quedaba rastro del hombre preocupado y desesperado que solía correr a socorrerla.—¿...Diego? —la voz de Ivy tembló al ver su expresión fría—. ¿No vas a ayudarme?Él se burló y simplemente se tapó los oídos mientras se ponía de pie.—Sigue actuando —dijo con frialdad—. Tal vez, alguien más te crea.Bajo las miradas atónitas de todos, se dirigió hacia la puerta furioso.—Diego, ¿adónde vas? —le gritó su padre.Se detuvo en el umbral, sin darse la vuelta. —A buscar a la única persona que realmente importa.Salió como una tromba sin mirar atrás, dejando a Ivy todavía agarrándose el vientre en el suelo.Lo más importante para Diego era encontrarme rápidamente, antes de que pudiera escaparme de él otra vez.E
El aire pareció congelarse mientras los cuatro padres se miraban entre sí, completamente conmocionados.Nadie se movió, nadie respiró.La madre de Ivy reaccionó primero, su voz se elevó hasta convertirse en un chillido.—Diego, ¿qué quieres decir? ¿Por qué estás tratando así a Ivy?Sus instintos maternales se impusieron por encima del miedo que le inspiraba su presencia de alfa.—¿Crees que es un ganado reproductor que puedes desechar cuando se te antoje?Diego cerró los ojos, su tono fue resuelto y definitivo. —Ivy y yo siempre hemos tenido esto claro. Mi verdadera y única compañera es Valeria, eso jamás cambiará.Su voz cargaba el peso de una certeza absoluta.Ivy mantuvo la cabeza gacha, las lágrimas caían en gotas gruesas sobre sus manos apretadas, pero permaneció completamente en silencio, ya que sabía que ese momento llegaría tarde o temprano.La madre de Diego temblaba de rabia, su compostura cuidadosamente mantenida finalmente se resquebrajó. —¿En un momento como este, sigues p
En la casa del alfa de la Manada Garra de Sangre, la atmósfera era asfixiantemente tensa.Diego se encontraba sentado sombríamente en el sofá, con sus dedos golpeteando continuamente el apoyabrazos en un ritmo frenético.Tap. Tap. Tap.El sonido resonaba por la habitación silenciosa como una cuenta regresiva hacia el desastre.Ivy estaba acurrucada en la silla del rincón, con la cabeza casi tocando su pecho. Cada pocos segundos alzaba la vista hacia Diego con esperanza, solo para apartar rápidamente la mirada cuando se encontraba con sus ojos fríos.Desde que vio ese video en el centro comercial, Diego había intentado contactarme desesperadamente.Me había llamado desde diferentes teléfonos y enviado mensajes a través de otros miembros de la manada, incluso había tratado de comunicarse por redes sociales.Solo para descubrir que todos sus métodos de contacto habían sido bloqueados, hasta el enlace mental estaba completamente sellado.El rechazo lo golpeaba como un puñetazo físico cada
Último capítulo