Esa misma noche, Inés estaba sola en su habitación. Caminaba de un lado a otro iracunda, como un león enjaulado que desea escapar. En una de sus manos, sostenía con fuerza su teléfono. La presentación de la revista había sido un completo caos. Nuevamente Macarena salía ganando.
“La publicación no saldrá, la información debe ser archivada y la difusión queda cancelada. Son órdenes de su hermano, Jeremías. Exige que se hagamos una disculpa públicamente para su prometida o nos demandará”
Las palabras del presidente de la revista, en las que ella era socia, resonaban en su cabeza. Levantó la mano y teléfono salió despedido estrellándose contra el suelo.
Había invertido dinero, influencia, tiempo. Había planeado todo cuidadosamente para destruir a Macarena y ahora, todo se venía abajo porque Jeremías había decidido intervenir.
—¿Pagaste para destruir mi propio plan? ¿Pagaste para proteger a tu prometida? —masculló entre dientes.
Jeremías, no solo le llevaba la contraria; estaba utiliz