Macarena despertó sobresaltada; tomó su móvil y confirmó la hora. —¡Joder! René va a matarme —exclamó. Se había quedado dormida, justo el día en que debía medirse el vestido de novia que llevaría en la celebración más importante de su vida; su boda con el multimillonario Lucas Fontanelli. En una semana, estaría frente al altar con el hombre que amaba, su sueño se había hecho realidad. De un salto, se levantó de la cama, fue hasta el baño para lavarse el rostro, se cepilló, puso enjuague bucal; recogió su cabello en una coleta alta. Regresó a la habitación, se quitó el camisón de algodón. Fue hasta el guardarropas, tomó unos vaqueros desgastados, franelilla de algodón y sus tenis.En pocos minutos, ya estaba lista. Salió de su habitación y se dirigió hasta la puerta principal. Colocó su mano en la manilla y justo cuando iba a girarla, sonó el timbre.Miró, a través del ojo mágico, antes de abrir la puerta. Debía ver de quién se trataba. ¿Quién era aquel joven alto y delgado que t
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