Jeremías entró a la habitación y permaneció de pie unos dos metros lejos de Macarena.
—Qué sucede? —preguntó ella, sobresaltada y nerviosa.
—Disculpa si te asusté. Es que olvidé decirte que mañana tenemos que salir muy temprano para hacer algunas compras.
—¡Ah! Era eso —contestó ella algo desconcertada.
—También es importante que busques un nuevo apartamento para mudarte. Luego de la boda… debo regresar a Ginebra.
—¿Ginebra?
—Sí, allá está mi empresa.
Macarena no pudo disimular su asombro al oírlo decir que partiría.
—Descansa. Ya es un poco tarde. Yo me quedaré durmiendo en el sofá.
—Pero… no tienes porque quedarte en el sofá. —replicó ella— Estás pagando por esta lujosa suite. Soy yo quien en todo caso debe dormir en la sala.
—Jamás dejaría que eso suceda. Eres mi invitada. Además no es la primera vez que duermo en un sofá —suspiró con pesar mientras en su mente revivía los duros momentos que tuvo que vivir al lado de su amada Carol.
Flash back**
Cuatro días antes de su boda,