Apenas Macarena estacionó su coche en el estacionamiento, reconoció el lujoso automóvil de alta gama perteneciente a Lucas. ¿Qué estaba haciendo en aquel lugar y justo en el mismo hotel que se hospedaba Jeremías?
Aunque podía ser simple casualidad, no dejaba de generarle intriga.
Descendió de su vehículo y justo cuando se disponía entrar al hotel, sintió una mano sujetándola del brazo.
Macarena se giró sobresaltada.
—¿Qué haces aquí? —Jeremías le preguntó con voz firme.
—Vine a hablar contigo. —replicó ella, olvidando momentáneamente el coche de su prometido.
Por algunos segundos, Jeremías pensó en que sería perfecto llevar a Macarena a su habitación y que su sobrino pudiera verlos juntos y así creyera que realmente había algo entre él y su prometida, prefirió evitar que sucediera.
Lucas merecía sufrir en carne propia lo que él sufrió cuando perdió a su prometida días antes de su boda.
—Hablemos en otro lugar. —replicó él sin soltarla— No sería bueno que te vean entrar a mi habit