En el día de la boda de Logan Hamilton y Maddison Palermo, el novio firmó el documento y se fue, nadie supo a donde. Tres años después, Maddison recibió los papeles del divorcio en su mansión vacía. Maddison arrugó la nota y la hizo un puño, su respiración se hizo errática y sintió un pitido fuerte en los oídos. —Quiere su libertad; ¡¿y cómo queda mi libertad en estos años?! Maddison deseando respuesta se mete en una situación muy peligrosa y es rescatada por un equipo de marines dirigidos por el arrogante teniente Lobo. ¿Qué pasará entonces con su matrimonio fallido? ¿Habrá una segunda oportunidad para que Maddison consiga la felicidad?
Leer más—Tres años, ¿a dónde se fueron que ni cuenta me di?
Maddison se masajeaba la sien, hablándole a una estancia vacía.
Estaba hastiada de esta vida que le ha tocado, era su tercer aniversario de matrimonio.
Una vez más estaba sola como cada año desde que la hicieron aceptar un matrimonio con un hombre que no estuvo presente, que no conocía, que aún no conoce y muchas veces piensa que no existe.
Mira a su alrededor, esta es una casa que es de ambos, pero él jamás ha venido, con empleados que han firmado un acuerdo de confidencialidad, que no le pueden decir al mundo lo patética de su situación.
—Señora Maddison — la llamó su ama de llaves tronando los dedos frente a ella.
—Sí, dime Paquita, discúlpame que estoy algo cansada.
—Más temprano llegó este sobre para usted, perdone que pasé por alto entregarle cuando llegó.
Madison tomó el sobre y leyó:
Sra. Maddison Hamilton
Maddison sintió nervios por este sobre, porque tenía su apellido de casada.
Dejó de ser la señorita Maddison Palermo y se convirtió en la Señora Maddison Hamilton solo firmando un papel y recibiendo un anillo de su padre.
Uno que ni siquiera sabía si lo mandó su esposo o lo compró su padre.
« ¿Será de él?»
Sacó los documentos, el membrete decía: Sentencia de divorcio y al final la firma de su esposo.
Maddison sintió que le dieron un golpe bajo, cuando levantó los documentos engrapados cayó una hoja suelta.
Era una nota a puño y letra, ella la tomó y notó que sus manos temblaban, leyó:
Me dirijo a ti que ya eres una mujer y no una niña, quiero mi libertad, ya pagué lo que debía, espero que hayan aprovechado de este tiempo y que sus negocios se mantengan exitosos, solo debes firmar y así como nos casamos estaremos divorciados.
Logan Hamilton
Maddison arrugó la nota y la hizo un puño, su respiración se hizo errática y sintió un pitido fuerte en los oídos.
«Él no vendrá…»
— ¡Después de todo este tiempo él no vendrá! Soy una idiota de la que se burlaron. ¡Me quitó tres años de mi vida y me manda solo una nota exigiendo su libertad!
—Señora cálmese por favor.
Se miró al espejo y vio a una mujer triste, ya no era una jovencita alegre, era una señora de mentira.
Agarró la copa de vino blanco y la arrojó al espejo rompiéndolo y su imagen se devolvió fragmentada, así exactamente se sentía; rota, destruida…
—Señora, por favor, ¿quiere que llame a su padre? —insistía la pobre Paquita angustiada.
—Quiere su libertad; ¡¿y cómo queda mi libertad en estos años?! Navidades encerradas en mi habitación, vacaciones enteras, no tengo amistades, nadie puede saber que mi vida es una ilusión que terminé creyendo, mientras él allá afuera anda sabe Dios haciendo qué, me pide a mi libertad, pues no me da la gana, él tiene razón ya no soy una niña.
Maddison salió de la casa dando un portazo.
Media hora más tarde Maddison llegaba a una mansión extraordinaria, al tocar la puerta un mal encarado mayordomo que parecía salido de la nobleza inglesa abrió la puerta.
—Señora Maddison, ya los señores están durmiendo.
—Pues necesito hablar con mi padre, ¿lo llamas tú o lo llamo yo?
—Pero qué alboroto es este —exclamó su madrastra Charlotte bajando las escaleras—, ¿qué horas son estas de hacer visitas? Eres una maleducada Maddison, contigo perdí el tiempo al tratar de educarte.
—Charlotte necesito hablar con mi padre y es urgente.
—Él ya se retiró a descansar, espera a mañana y lo verás en la oficina.
Charlotte pensó que Maddison le haría caso, siempre lo había hecho, pero ahora no puede ni quiere controlarse.
—Yo misma buscaré a mi padre —espetó Maddison sin detenerse y comenzó a subir las escaleras.
—Pero niña ¿qué es lo que te pasa? ¡Ay! —exclamó Charlotte cuando Maddison le pasó por un lado, no tuvo que llegar a la habitación de su padre, él abrió la puerta y la vio desconcertado.
— ¡¿Se puede saber qué gritos son esos?! ¿Maddison?, ¿ha pasado algo?
—Vine a que me expliques de una vez por todas que significa mi matrimonio y que es lo que te debe Logan Hamilton…
—Vamos a mi estudio, por favor aquí no…
— ¿Se puede saber qué es lo que te invadió para que vinieras a estas horas?
—Mi esposo me mandó una sentencia de divorcio.
Víctor Palermo se sirvió un trago doble de la licorera que se toma de un trago.
—No firmaste ¿cierto? —inquirió y estaba pálido.
—Papá, ¿qué es lo que te obligó a sacrificarme así?
—Maddison estás exagerando, eres una mujer respetable, aún muy joven y ya tienes una fortuna asegurada, tienes…
—Tengo derecho a estar molesta, tengo derecho a exigir una explicación y dejar de ser obediente y la hija buena, porque me arruinaste la vida papá.
—Hamilton está en deuda conmigo, tu matrimonio es un asunto de negocios, eso ya lo sabes.
—Me dijiste que él vendría, que podíamos ser amigos, que él estaba de acuerdo y que todo esto acabaría pronto, año tras año dándome excusas y ahora él no tuvo reparos en enviar los papeles de divorcio y humillarme, ¡yo te creí papá!
—No firmes nada, actúa como si nada hubiera pasado.
Maddison se decepciona, porque su padre entiende el obstáculo en los negocios, pero no entiende lo que ella sufre.
—Me usaste como ficha de juego.
—A ti no te ha faltado nada, eres mi mano derecha en la empresa —exclamó su padre indignado.
—Tres años, papá, años que nadie me devolverá. Más te vale llamarlo y decirle que venga y me dé la cara, no estoy dispuesta a seguir siendo un peón del sucio juego de ambos.
—Maddison no hay ningún juego sucio, tu matrimonio con Logan Hamilton es una sencilla y llana transacción comercial…
—Aparentemente válida por tres años porque ha dicho: “ya pagué lo que debía”.
—Estupideces de ese hombre, no le prestes atención, te frustra no conocerlo, pero créeme que no te pierdes de nada.
—Pues igual quiero conocerlo, aunque sea para celebrar el divorcio.
—Te he dicho que ignores esa demanda de divorcio, el padre de Logan y yo tenemos un acuerdo que no caduca y Logan lo sabe.
— ¿Qué esperas que no lo llamas? —Lo retó Maddison.
—Yo no llamaré a nadie a esta hora.
—Llámalo o firmaré la sentencia y la enviaré por correo.
—No puedes hacer eso, él quiere manipularte.
—Ambos me han manipulado —Maddison negó con la cabeza—, siempre he considerado que eras un hombre honrado, pero ahora no sé qué creer.
Víctor suspiró y expresó en voz baja.
—Maddison, los negocios son un juego de resistencia.
— ¡La mía quedó agotada! Quiero hablar con él, porque no fue solo un negocio como me hiciste creer, me tocó fingir una vida delante del mundo, y no es justo.
Víctor Palermo miró a su hija y tuvo la decencia de bajar la cara.
—Le enviaré un correo electrónico.
Maddison odiaba escribir a ese correo electrónico, siempre contestaba alguien más que era muy feliz en hacerle saber que el señor Hamilton no estaba disponible para verla y que tampoco tenía teléfono celular para atenderla.
—Me respondió, está en la ciudad, puede verte mañana en la noche —Maddison sintió una absurda emoción, a ella jamás le había contestado, lo conocería por fin, su padre terminó de leer la respuesta y se levantó de la silla indignado—. Imposible, me dice que solo hablará contigo, y que yo no puedo estar presente.
Maddison tomó su teléfono y escribió al correo electrónico de Logan.
“Acepto reunirme contigo a solas, te espero en casa después del trabajo”
—Estoy de acuerdo con mi “marido” —acentuó la última palabra con sarcasmo, un divorcio es un asunto de marido y mujer; no te quiero en la reunión, papá, necesito que Logan me explique qué es lo que te debía y pagó arruinando tres años que nadie me devolverá.
Más cerca de lo que Maddison hubiera imaginado estaba Logan Hamilton acostado en una cama, una morena esbelta lo ve enfurruñada.
—Suelta ese teléfono y ven a bañarte conmigo, por fin estás aquí y ya te están llamando.
—Dame un segundo cariño, le contesto a mi esposa.
La mujer lo vio con mala cara.
—No es gracioso Logan.
—Para nada es gracioso, pero sí necesario si quiero ser libre, la veré mañana.
—Yo voy contigo, no confío en esa mujer.
Logan la observó en silencio sin mostrar ninguna emoción en el rostro.
—No tienes por qué ponerte celosa, quiero recuperar mi vida, iré solo para que no haya problema y ella firme el divorcio.
34 años después “Y ya es un hecho, tenemos nuevo presidente. Asher Hamilton a sus 35 años ha dado el aire fresco que necesitaba el país”. “Desde hace años el pueblo quería un Hamilton en la casa blanca y por fin lo tienen”. La celebración continua y Maddison y Logan lo ven desde una pantalla en el centro de campaña. Todos brindan y están felices, Maddison está preocupada. Toma por las mejillas como si fuera un niño al mayor de sus hijos que antes de recibir felicitaciones de sus compañeros primero va hacia sus padres. —Hijo mío, mi milagro, siempre supe que tú serías alguien importante; estoy muy orgullosa de ti, no olvides lo que te hemos enseñado, sé justo y noble a la hora de impartir las leyes. Maddison le dio un beso y un abrazo, en cuanto lo soltó, Logan sonriendo le dio la mano y un abrazo fuerte, ahora su hijo es un poco más alto que él, lo ve a los ojos y sabe que está preparado como él o su padre jamás lo estuvieron para este tremendo compromiso. —Llevas el no
Logan llevó a Maddison a la cubierta del barco y estaban Vaquero y Neo, este último se adelantó y miró a Maddison. — ¿Está bien señora? —Sí, y debo agradecérselo, supongo que fuiste tú quién pudo encontrarme tan rápido. —Lo hice por mis tenientes. —Igual, muchas gracias. —Espero que se le haga más fácil perdonarme, por bueno ya sabe, mi excusa es que las máquinas no lo saben todo, los humanos somos más complejos y yo tiendo a dejarme llevar de lo que dicen mis computadoras. Maddison sonrió. —Espero que pronto consigas a alguien que te haga cambiar esa costumbre. Neo le dio la mano y Vaquero fue el siguiente en darle un abrazo de oso. —Menos mal estás bien. —Gracias… —No lo digas, tú y yo somos familia. —Lamento que Daniel… Vaquero sonrió. —Daniel me perdonó. —Entonces como acabas de ayudar a salvarme no te haré la advertencia de hermana. —Podrás hacerlo no te preocupes, Daniel está empeñado en ponerme un anillo en el dedo, y pues me toca
Logan, de inmediato llamó a Vaquero. —Vaquero acaban de hacer explotar mi vehículo. *¡Cómo! ¿Estás bien?* —Sí, yo no estaba en el auto, estaba Cristina. — ¿Cómo es posible? —Olvida eso por el momento, sospechaba que Cristina quería retrasarme por algo y me acabo de enterar que Tom Stewart escapó y no ubico a Maddison, ella fue a Palermo Shipping y yo iba en camino cuando cerca de mí explotó el vehículo, es ese hombre que quiere acabar conmigo porque está obsesionado con Maddison. *De acuerdo hermano, pero esta vez no será como la otra vez, ahora me dejarás ver qué demonios pasa en el puerto antes de entrar* —Vaquero, Maddison puede estar en peligro, no esperaré por nada. *Con más razón no puedes entrar sin saber a qué te enfrentas, llamaré a Neo, no te preocupes, en cuestión de minutos tendré imagen de las cámaras de seguridad de Palermo Shipping, voy en camino, nos vemos allá* —Vaquero, necesitamos armas… Maddison despertó con un fuerte dolor, puso l
En la mañana Maddison y Logan desayunan solos con Asher. —Qué raro que no haya nadie más en casa esta mañana —observa Logan sonriendo, en la casa de Maddison siempre el desayuno es ruidoso. —Daniel no regresó, al parecer se entendió con Tony y Rowina salió muy temprano sigue preparando su caso para liberar a Farid, pero con un bufete de ayuda a personas sin recursos que creó y con los meses de ella desaparecida está en completo abandono, pero no se rinde. —Ella es abogada de uno de los bufetes más respetados y ricos de Nueva York, no le permite representar a Farid y la verdad no me sorprende. —Pues es muy injusto, se supone que estamos en un país en donde se permite un juicio justo y la defensa. —El problema es que para demostrar la inocencia de Farid hay que invertir demasiado dinero y Farid es el enemigo número uno del país, más que como un terrorista fanático lo ven como un traidor por ser americano. —Si el idiota de Tom Stewart declarara Farid quedaría libre,
Logan consiguió a Vaquero en su departamento, con una resaca monumental. — ¿Cómo estás? —Preguntó Logan. Vaquero subió los hombros, indicando que no era importante. — ¿Desde que era niño quise ser militar? La pregunta dejó a Logan sin saber qué decir, aunque lo entendía. —Mi padre nos buscaba en el colegio, mi madre nos disfrazaba en Halloween, queríamos eso, pero no es el ejército todo en la vida. —Lobo te lo pregunto porque no existe persona en este mundo que me conozca más que tú; tienes razón, mis padres estaban muy ocupados con el bar, tu padre nos buscaba y tu madre nos hacía galletas, ¿pero en realidad quería ser militar o es porque me atraían los hombres en uniforme?, créeme que aún a la fecha no logro discernir, porque tú querías ser militar y soñabas con las chicas que conquistarías con el uniforme, yo soñaba con los hombres en el uniforme. — ¿A dónde quieres llegar Vaquero? —A que no me preparé para otra cosa en la vida —A Vaquero se le cortó la
Logan ya le debía un favor a más personas influyentes que en toda su vida y solo han pasado horas desde que regresaron. Como tantas veces Maddison le dijo, Rowina era imparable y en verdad tenía experiencia en estos casos, pero sobre todo la convicción. Finalmente lograron retrasar el envío de Farid al Purgatorio y eso ya era bastante bueno. Rowina no tenía familia o con quién quedarse después de tanto tiempo, terminó yendo a la casa de ellos, Alicia querendona con los bebés tenía controlado al pequeño Gabriel, sin embargo, apenas Rowina se montó al auto había agarrado a su hijo en brazos. Al llegar a la casa se sorprendieron de ver a Evelyn Harper en la puerta recostada a su auto conversando con Paquita, Daniel y el comandante Paterson. Logan y Maddison fueron en primer lugar preocupados por Vaquero y deseosos de saber cómo le había ido en la corte marcial. —Paterson, no le fue nada bien a Vaquero ¿cierto? —Preguntó Logan interpretando su expresión corporal. —
Último capítulo