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InicioMalak La segunda esposa
Malak La segunda esposa

Malak La segunda esposaES

Romántica
La Pluma  Completo
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51Capítulos
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Resumen
Índice

Sinopsis

OptimistaSensibleBellezaEmocionalDominantePoderosocrecimiento del personaje

Laila Nafel es la esposa de un importante hombre de clan que compite con su hermano por ser el líder del grupo Ansar. El único problema es que su hermano sí tiene herederos y Hanza no; por lo que Laila decide elegir una segunda esposa para Hanza. En un penoso incidente conoce a Malak, una joven hermosa y de buen corazón a la que elige como segunda esposa de su marido. Malak tendrá que aprender a ser una segunda esposa digna del clan Ansar, además de ganarse el afecto de un rebelde Hanza que la repudia por verla una competencia contra su bella esposa Laila, a quien ama profundamente. El corazón de Hanza se ve dividido entonces entre el amor de su primera esposa y la bella y dulce Malak que lo cautiva desde el primer momento, ¿podrá Hanza amar a Malak? ¿O su terrible hermano los separará para siempre?

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Malak La segunda esposa Novelas Online Descarga gratuita de PDF

Último capítulo

  • Cap. 51 ¿El final soñado?

    Meses después… Amed estaba escondido en medio del desierto, sabía que lo buscaban incansablemente. Se había enterado de que Rania se había ido de su vida y su padre lo amparaba en esos momentos. Makir entonces fue a él le anunció. —Ya basta de tristeza, hijo mío, lo reconquistaremos todo de nuevo, envié por unas danzarinas y unas prostitutas para satisfacer nuestros sentidos. Amed sonrió, necesitaba diversión para olvidar que ahora tenía que cuidar sus espaldas. Llegaron al campamento y escucharon que la jarana había comenzado, entonces le dijeron que una danzarina muy excitante deseaba danzar especialmente para él. Eso lo animó, nada como un buen movimiento de caderas y de sexis curvas para entretenerlo. Cuando entró a su tienda vio a la mujer de espaldas y percibió un suave aroma a rosas silvestres, entonces le dijo a la mujer. —Vine para que me diviertas, quiero una danza exótica y sensual. —Claro, señor…—ella se dio la vuelta

  • Cap. 50 Atacados en Zagora

    Malak salió escoltada con el grupo hacia el evento en el Desierto de Zagora, iba junto al pequeño Juru, que en esos momentos miraba el paisaje entretenido. La noche estaba cayendo, la oscuridad se apoderaba del desiertoy pronto se vería la luna en lo más alto. Estaba tensa por todo lo vivido en las últimas horas: conocer a su padre biológico, Hanza retornando a su vida, todo lo vivido era demasiado para ella. Hanza notó su crispación y tomó su mano apretándola con fuerza. Ella lo miró desconcertada por ese gesto de fortaleza de parte suyo y Hanza le dijo a su mujer. —Todo se resolverá. Él dijo que vendría, se lo prometió a tu madre y cumplió, muchos años después, pero, lo hizo, eso habla bien de él; ahora Juru tendrá un abuelo más que lo consienta. —Él regresó cuando ya fue tarde para mi madre y para mí. —Malak, sé que eso no te consuela; pero, hay cosas que sobrepasan nuestro entendimiento—vio su incertidumbre—es Maktud, ya

  • Cap.49 Incidente: Amed ataca p. 2

    Amed seguía el auto de Isaac, este y el extranjero iban hacia la mansión, ahora sabía donde se escondía Malak y su hijo, iba a darle su merecido a la m*****a y a su tonto primo Hanza. Frente al pasado Malak entró en la sala y miró al hombre que decía ser su padre, altiva y llena de ira, le dijo entonces. —Así que tú eres el hombre que embarazó a mi madre. Muller estaba asombrado por la belleza de su hija, no sabía qué decir de la impresión, Hanza se presentó. —Soy Hanza Ansar, esposo de Malak. Muller lo miró detenidamente, era un hombre fuerte y arrogante de mirar altivo y frunció el ceño para preguntarle. —¿Así que tú eres el que echó al viento a mi hija? Esa pregunta dejó anulado a Hanza y Malak se puso delante de los dos, no les permitiría fraternizar frente a ella. —¿No sabes cuánto mi madre sufrió esperándote? —No puedo imaginarlo, nunca pensé que esto pud

  • Cap. 48 Incidente: Amed ataca

    Isaac intentaba asimilar lo dicho por Muller, era muy extraño todo aquello, en ese momento entró Amed con su séquito de guardaespaldas y se dirigió a él. —Zenac. —¡Amed!—estaba sorprendido. —¿Tanto te sorprende verme? ¿Pensaban que no me iba a enterar de la famosa reunión que iban a hacer a mis espaldas? —No sé de qué hablas… —Sabes de qué hablo—lo agarró por la camisa y le dijo en tono amenazante—Ahora me dirás qué es lo que pasa. Muller veía todo, ese sujeto era muy altanero, capaz de hacer cualquier cosa por dinero. —Dime lo que pasa o te pesará. —No tengo nada qué decir—se libró de su presión—¿Tienes miedo acaso? —¿Miedo yo?—sacó su arma y lo apuntó—no le temo a nada ni nadie; pero, huelo cuando me quieren hacer algo y sé que mi hermanito está en Marrakech y mi padre y ahora todo el clan, será mejor que no me piensen traicionar o les va a pesar a todos. —¿Matarías a tu propio padre por

  • Cap. 47 Enfrentados

    Malak salió y lo vio acariciando a su hijo con amor y le escuchó decir. —Ahora ya nada nos separará, estaremos juntos siempre—besó su cabecita. —¿Y Umi? No sabía qué decirle sobre esa mujer y entonces escuchó. —¿No le respondes al niño? Él la miró, se puso serio y le dijo molesto. —¡Es mi hijo! —Y también es mío. —Su madre es Malak. Rebeca entonces intervino y le dijo a Juru, para que no escuchara la discusión. —Voy a pintarte con tu gatito, ¿te gusta la idea? —¿Y los balunat? —Todos iremos, pintaremos a los globos, tal vez a Salvaje volando con ellos, dejemos a tus padres charlando. —Ya vuelvo Baba—agitaba su manito. El niño se retiró junto con ella. Ahora si iba a aclarar algo con esa mujer. —Bien, lo ayudaste a criar; pero, es mío—dijo serio—no voy a dejar que te quedes con él. —No me das ningún crédito, lo alimenté, lo consolé y estoy a su lado siempre.

  • Cap. 46 El extranjero

    —Esta es la tumba, señor Muller—le dijo el guía. El señor Muller se agachó a contemplar la tumba de la que un día fue su amada; sus cabellos emblanquecidos por los años fueron remecidos por la suave y cálida brisa del desierto, no entendía lo que estaba escrito en la tumba, supuso que algo como esto: “Aquí yace Dina Bandrés, amada madre”. El guía le explicó. —Murió de un problema cardiaco… Su hija la enterró en este sitio. Entonces preguntó con curiosidad. —¿Tenía una hija? —Sí, ella tenía una hija, joven como de unos 23 años—vio su sorpresa, entonces buscó en sus apuntes—su nombre era Malak Bandrés. Entonces preguntó interesado. —¿Era? ¿Murió también? —De hecho su historia es bastante triste, ella fue echada al viento. Muller no entendió esa expresión y el guía le explicó. —Así hacen los maridos o padres cuando las mujeres son adúlteras o cometen faltas al honor. Entonces se irguió para

  • Cap. 45 Remezones p. 2

    Hanza se acercó a ella. —Señora, ¿usted es la encargada? Yamala le hizo una reverencia y le dijo. —A sus órdenes. —¿Sabe dónde puedo encontrar a la danzarina misteriosa? —Mi estimado caballero, ella se presentó donde el señor Aisin años atrás y trató en exclusiva con él su contrato; solo él sabe quién es ella realmente y dónde vive. —¿El señor Aisin viajó? —Sí a buscar talentos para animar el club. Isaac miró a todos lados y le dijo a su amigo. —Hanza, si ella no está aquí, entonces busquemos en otros lugares. En ese momento recibió una llamada, se apartó para contestar. —Señor Ansar, dígame… Sí, Hanza está conmigo ahora… Cambió la reunión, aquí en Marrakech—arrugó el ceño—sí señor, se lo comunicaré a Hanza y no nos moveremos de aquí. Hanza estaba visiblemente cansado e Isaac le comunicó. —Cambiaron la reunión. —¿Por qué? —La reunión será aquí, tu padre pide que no

  • Cap. 44 Remezones

    Malak había visto el video de Rania siendo abucheada y humillada y le gustó verla así de humillada. Kara la sacó de sus cavilaciones y le comentó. —Además, Yamala dijo que Hanza estuvo buscándote y no cejará hasta encontrarte. —Esa era la idea, hacerlo padecer. —Cada una se vengará, a su modo, todo lo que nos han hecho. Era cierto y sabía que Hanza se consumía en preguntas en esos momentos. La carta del pecado Bullá jugaba con Juru y su mascota, le encantaba la inocencia del pequeño, creció en otro ambiente lejos de la prostitución y la maldad del tráfico de personas. El niño lo sacó de sus pensamientos. —El señor de los globos me va a dar muchos globos. —Puede ser—entonces le preguntó al pequeño—¿por qué piensas tanto en él? El niño se alzó de hombros y recordó sus palabras. —Él dijo que yo era hermoso… —Y lo eres, nunca te olvides de eso, eres swino de aquí—señal

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51 chapters
Prólogo
Malak La segunda esposa/La Pluma
 —Malak, Malak… Despierta… ¡Malak!Su cuerpo no reaccionaba, ella caía en espirales de oscuridad donde voces se conjugaban en su mente. La voz de un hombre molesto que le decía.—Si te vas, te echo al viento, mujer.—Prefiero al viento de marido que a usted—respondía ella molesta.—Altanera… No te llevarás nada de aquí—dijo molesto arranchándole la maleta de las joyas.—No quiero nada, despreocúpese…La voz de una mujer que decía.—Malak no puedo tener hijos—vio su asombro—es un lamentable problema para mi esposo y para mí, es por eso que… Te elegí para que seas la madre de ese niño.No podía abrir los ojos, los sentía pesados y a su mente otra voz densa, llena de malicia que le dec
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Cap. 2 El hombre de la mirada impactante
Malak La segunda esposa/La Pluma
Gaela, su jefa estaba haciendo una lista de accesorios y de cosas especializadas que debía añadir a su negocio y cuando tuvo lo necesario, llamó a Malak y a Ali, otra de las chicas. —Quiero que vayas a este sitio de antigüedades y preguntes por botones y broches, dejé separado unos, solo ve y retíralo y no se queden pajareando ¡oh que Alla disminuya sus fuerzas! Ellas salieron a la calle cubiertas con el velo e iban viendo en las tiendas, vestidos y detalles. —Mira Malak, es una pulsera de poderosa—decía Ali. Solían mirar los modelos de las damas de sociedad y comprarse las imitaciones baratas. —Vamos a lo que venimos Le dio una parte de la hoja y ella fue a retirar el pedido en la tienda de antigüedades. —Marhaba— (buenas tardes) —Marhaba,  para ti también—dijo la vendedora. —La señora Gaela me dijo que viniera por esto—le entregó la hoja. La mujer se llevó la hoja y ella comenzó a mirar las cosas
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Cap. 3 El plan de Laila
Malak La segunda esposa/La Pluma
Cuando recordaba esa mañana funesta sollozaba, no importaba con que tacto se lo dijeran o la falta de este, la verdad derrumbaba su vida: estaba muriendo, Laila Nafel de Ansar, moría lentamente. Ante el doctor que la veía con regularidad, sus nervios se desbordaban, dentro, muy dentro tenía un mal presentimiento. Veía observar detenidamente los estudios con atención, comenzaba a desesperarse porque sentía que no acababa de decir las cosas, así que rompió el silencio con una pregunta. —¿Cuándo crees que pueda embarazarme? El doctor, viejo amigo de la familia Ansar la miró detenidamente y dijo. —Laila… Te hice estudios porque no era normal que una mujer joven tuviera tantos abortos y... —Sin rodeos por favor. —Lo  siento Laila, nunca podrás tener  hijos. Eso era muy duro, aunque ya sospechaba algo; pero, lo que siguió fue peor: —Tienes un tumor cancerígeno en el útero y si no actuamos pronto, podrías morir. Fue
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Cap. 4 Eventos desafortunados p. 1
Malak La segunda esposa/La Pluma
Malak estaba en el taller terminando el vestido café que había imaginado y ahora materializaba en esos momentos. Ali al verla trabajar con emoción le dijo a la joven.—No veo porque te empeñas tanto, ella nunca te dará el crédito de nada de lo que haces.—Lo sé, pero saber que alguien utiliza uno de mis vestidos es alucinante. Tal vez nadie entendiera que si algo disfrutaba era poder hacer cosas hermosas, con telas y todas las máquinas que su jefa tenía, piedras, encajes finísimos, botones de toda calidad y un sinnúmero de detalles que volvían a la ropa algo maravilloso. Cuando terminó, su jefa, Gaela entró, vio el hermoso trabajo  las capas del vestido café eran hermosas y comentó:—Me quedó perfecto, hay que exhibirlo ahora—llamó a su personal y les dijo a todas—esta es una muestra de que
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Cap. 5 Eventos desafortunados p. 2
Malak La segunda esposa/La Pluma
Malak estaba en shock, sin trabajo, ni un techo para dormir, literalmente sentía que su vida estaba en una pendiente y de paso comenzó a llover. Lograron cubrir las cosas con plástico y una vecina les dio posada esa noche.—Dormirán en la sala solo por esta noche, mi esposo llega mañana y se van.—Sí, gracias, muchas gracias—dijo Malak.No esperaron que el esposo llegara esa noche y alcoholizado, al ver a Malak en el mueble se acercó a admirarla, era hermosa.—Hace tiempo que no veo algo tan bello—sonrió—linda, linda criatura.Tocó la curvatura de su cintura y Malak se levantó asustada.—Tranquila, no le diremos a nadie—la acarició.—Espere… Suélteme.—Ven aquí—la agarró y comenzó a forzarla y ella le pegó—perra, ¿quién eres p
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Cap. 6 La propuesta
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Entonces Malak le preguntó.—¿Me quitaría al bebe?—Claro que no, serías segunda esposa, nadie te quitará al bebe—ella entonces le confió—perdí cinco bebes, fue doloroso para mi esposo y para mí, tenía el sueño de engendrar y de vivir la maternidad y se me negó, espero que a través de ti pueda conseguirlo.No sabía qué decir y Laila continuó. —Tendrás privilegios, joyas y al hombre más maravilloso del mundo en tu vida, Hanza, mi esposo.—Espere… Yo no…— todo le daba vueltas.—Piénsalo Malak, esta es la oportunidad de cambiar tu vida para siempre y darme el hijo que tanto he soñado.Malak comenzó a comprender que todo apuntó siempre a una sola dirección: a ese momento y su mala suerte  no fue causada por la vida,
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Cap. 7 Amed se entera de todo
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Sumergieron a Malak en una tina con sales y esencias, una joven comenzó a quitarle el esmalte de pies y manos, otra trabajó en su cabello, cortaron sus puntas y le pusieron un brebaje raro.—Esto lo hidratará—explicó una de las empleadas.Trajeron una bandeja con frutas que ayudarían a depurar su organismo, por una semana estuvo allí encerrada y alejada de todo contacto humano fuera del de las empleadas.A la semana entró Him con una bata de seda y le dijo que se cambiara, la llevarían a otra habitación a darle tratamiento a su piel con barro, chocolate y cosas que ella no llegaba a comprender.—¿Creías que las damas poderosas la tenían fácil?—dijo Him—ser bellas es un deber y un trabajo para todas ellas.—¿Conoce a la señora Laila?—La vi… Es de armas tomar y de carácter fuerte, no
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Cap. 8 Los conflictos de Hanza
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Parecía tan fácil; sin embargo, era extenuante, le daban baños con esencias exquisitas y sentía que cada día su piel olía a flores. Him era el más estricto, le hizo probar perfumes preparados en casa y dio con el indicado para ella.—Rosas silvestres es tu aroma, haremos baños con pétalos de rosas silvestres para que tu piel vaya absorbiendo ese aroma.—Him—dijo Malak—¿puedo hacerte una pregunta?—Pero, solo una.—¿Conoces al señor Ansar?—Lo conozco, no viene  aquí por cierto; lo conozco por lo que dicen los sitios de información.—¿Es joven?—Joven, con un cuerpo de dar mil vueltas y fuerte, como todo hombre del desierto saliste favorecida.Malak tenía dudas y fue cuando Him le dijo lo que pensaba.—Querida, creo que le agradarás, una muj
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Cap, 9 Ecuentros
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Hanza no daba crédito con lo escuchado y entonces explotó.—¡Se volvió loca! Ahora quiero ir con más ganas ha ese lugar, quiero detener esto de una vez.Iba hacia la salida y su amigo detrás, lo detuvo:—Cálmate Hanza, tienes algo que saber—vio su atención— tu hermano es asiduo de ese punto, tiene una amante allá.—¡Amed va a ese sitio! Rayos, si él sabe que Laila está haciendo eso en ese sitio, hará de todo para descubrirlo e impedir que suceda. Si alguien podía darle luces era Vitar, un sujeto bien relacionado con todos las familias importantes de Fez y él debía de saber algo sobre los orígenes de la muchacha.Vitar era un tipo menudo y de sonrisa amplia, modales exquisitos y modos joviales.—¡Amed Ansar! Es bueno verte—dijo sonriendo—es bueno saber d
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Cap. 10 Malak frente a Hanza
Malak La segunda esposa/La Pluma
Ella saltó en su puesto, vio al hombre joven y apuesto mirándola de forma inquisitoria, ella no deseaba problemas ni confusiones. El sujeto que tenía en frente era apuesto, demasiado apuesto y con un dejo de autoridad y sintió temor de lo que podía pasar en ese momento.La mirada de Hanza era inquisitiva, esa joven le recordaba a alguien, pero era algo muy vago, por lo pronto nunca había visto una muchacha tan hermosa y cautivante a simple vista, con un aire de ingenuidad y a la vez sensualidad.Malak en cambio sentía la mirada felina del sujeto, estaba sola y sin opciones de poder salir de allí, retrocedió y él le dijo con voz suave.—No te asustes… No voy hacerte daño—intentó detenerla.—Usted no puede estar aquí—retrocedió nerviosa.El miró a todos lados y le preguntó con una sonrisa.—&iques
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