Isaac intentaba asimilar lo dicho por Muller, era muy extraño todo aquello, en ese momento entró Amed con su séquito de guardaespaldas y se dirigió a él.
—Zenac.
—¡Amed!—estaba sorprendido.
—¿Tanto te sorprende verme? ¿Pensaban que no me iba a enterar de la famosa reunión que iban a hacer a mis espaldas?
—No sé de qué hablas…
—Sabes de qué hablo—lo agarró por la camisa y le dijo en tono amenazante—Ahora me dirás qué es lo que pasa.
Muller veía todo, ese sujeto era muy altanero, capaz de hacer cualquier cosa por dinero.
—Dime lo que pasa o te pesará.
—No tengo nada qué decir—se libró de su presión—¿Tienes miedo acaso?
—¿Miedo yo?—sacó su arma y lo apuntó—no le temo a nada ni nadie; pero, huelo cuando me quieren hacer algo y sé que mi hermanito está en Marrakech y mi padre y ahora todo el clan, será mejor que no me piensen traicionar o les va a pesar a todos.
—¿Matarías a tu propio padre por
La crueldad de Amed es tan grande,. ¿Qué pasará ahora? Descúbrelo en el siguiente episodio.