Leonard
Ahora me encuentro conduciendo rumbo a la mansión de mi madre. Su manipulación ha rebasado todos los límites. ¿Cómo se atreve a chantajearme con lo de Analisse? Quiere hacer público que estoy “casado” y montar ese teatro ridículo sólo para dejarme en evidencia. No pienso permitirlo.
Cuando finalmente llego, aparco el coche en una esquina. El guardia, al verme, abre rápidamente las puertas. No necesito anunciarme. Aquí todos saben quién soy. Y eso es lo que más me gusta: detesto las falsedades, los juegos. Y mi madre... mi madre cree que soy un estúpido. Pero esta vez se va a llevar una sorpresa.
La criada abre la puerta antes de que yo siquiera toque el timbre.
—Señor... no sabía que venía para acá —dice, nerviosa.
—¿Y por qué demonios tendría que avisar? —respondo con un tono molesto.
Ella solo asiente, cabizbaja.
—¿Dónde está mi madre?
—En el salón, con unas visitas.
—Muy bien. Gracias.
Camino decidido hasta el salón y, sin más, abro las puertas. Al verme, mi madre se levant