Beca es la luna de la manada Sangre Lunar, elegida para ser la pareja destinada de Alfa Declan, pero dentro del enlace hay una condición, por formar parte de la familia de líderes de manada, la pareja tiene mil lunas a partir de su enlace para marcarse y aceptar su unión como una permanente , pero el deseo que Declan siente por Leyra, una joven y débil mujer, quien adolece por no tener loba, es su perdición, negándose en rotundo a marcar a la que es su pareja destinada. En cambio Beca debe luchar por contener entre sus manos el corazón de Declan, aunque en la luna quinientos ella misma es testigo del arrebato de pasión que el Alfa y Leyra comparten. Con el corazón roto. Sin aliados. Sin esperanza. Beca toma una decisión, ya no sería más la burla de nadie y busca una manera de romper el lazo que los une a pesar de tener como advertencia… “De romperse el lazo que los une, sufrirás la muerte más dolorosa y llena de calvarios que ha existido” Envuelta en una tormenta de mentiras Beca está a solo una sentencia de poder conseguir su vida, aunque sea solo unas cuantas lunas restantes antes de la fatídica fecha. La Diosa Luna no se equivoca. Pero a veces, el destino necesita una llama que haga arder todo y comenzar de nuevo… como el ave fénix… de las cenizas. Una historia de traición, destino, y una fuerza femenina que renace entre los escombros.
Leer másBeca iba caminando decidida, finalmente ella iba a tomar la iniciativa, esta noche, esta maravillosa luna era la número quinientos después de su enlace al imponente, fuerte y sobre todo poderoso Alfa Declan.
Ahí a medianoche cuando la luna estaba en lo más alto en el cielo lleno de estrellas, Beca iba a decidida a crear un reinicio a partir de la muerte de su actitud sumisa, y actual como la Luna que su amada manada merecía.
— Esta noche — susurró ella tratando de darse ánimos e ignorando sus nervios y manteniendo sus pasos firmes por ese enorme castillo con paredes frías de rocas ancestrales, en dirección a la habitación del que era su mate destinado— Tú serás mío Alfa Declan.
Bajo su enorme manto de piel, Beca llevaba puesta una lencería que tenía semanas buscando para esta noche especial.
Su corazón había comenzado a latir de forma desmedida, sus manos se encontraban sudorosas y su respiración se volvía cada vez más errática y desesperada.
“Tiene que funcionar” Pensaba inmersa en las consecuencias de su posible fracaso “ En caso de no conseguir ser marcada y aceptada por mi mate en la luna numero mil, perdería la vida de la forma mas dolorosa posible” un escalofrío recorrió su cuerpo ante la inmensidad de lo que estaba en juego.
— Mil lunas— Repitió pensando en lo sutil de la frase, parecía tanto tiempo y al mismo momento tan poquito para luchar por su vida… Por su amor… Por su destino marcado por la Diosa luna.
En ese momento, se encontró justo al frente de la puerta que separaba su pasado y su futuro, Beca cerró los ojos respiró profundo y abrió la puerta.
— Esta noche será inolvidable— susurró ella sin saber lo cierto que sería para ella al mismo tiempo que se abría la enorme gabardina de piel que cubría su cuerpo y se quedó congelada ante lo que se había encontrado.
Frente a ella se encontraba Declan, su mate elegido por la Diosa Luna embistiendo de forma apasionada, concentrada y sobre todo… extasiado de placer a Leyra, su protegida.
— Así… mmm… así… así Declan… fuerte… duro… me encanta…— Beca estaba completamente congelada ante lo que escuchaba, su cuerpo estaba estático y su corazón cada vez más roto con cada embestida.
Su instinto le gritaba que se fuera, que los dejara, que se ocultara para que siguiera ahogándose en llanto como cada noche, porque sí… sabía de los rumores que corrían por el castillo, ella misma se había dado cuenta de las atenciones que Declan tenía para con Leyra, su protegida.
Pero su lugar estaba intacto y eso… le daba una esperanza de poder llevar su relación al siguiente nivel.
~ No más, ya no más~ escuchó por el enlace mental a Carola, su loba.
Beca tragó saliva, no iba a ser la misma de antes.
— ¡Declan! — dijo en voz alta pero controlando la rabia.
Pero a pesar de saberse interrumpidos, de saberse observados, Declan no dejó de envestir una y otra vez a Leyra, como si quisiera partirla en dos.
Beca era rotundamente ignorada, frente a ella el cuerpo desnudo de ambos se mecía ante el acto más antiguo e instintivo de su raza.
Beca observaba que Leyra tenía sus pechos bamboleando al ritmo de las penetraciones del Alfa, hasta que en medio del clímax, del placer que consumía a ese par, Leyra giró su rostro para conectar su mirada con la de Beca y sonreír completamente extasiada.
“Mira ésto es lo que él te niega, para entregármelo a mí” decían sus ojos.
— ¡Ahhhhh!— grito mirándola a los ojos. Riéndose del patético intento de Beca por atraer a su macho.
— ¡Declan! — Gritó Beca más fuerte que el jadeo de esa mujer, con más ímpetu.
En ese momento, después de sentirse saciado, el alfa giró su rostro, pero la dureza y la falta de empatía, así como la frialdad con la que siempre la veía desde ese maldito día le recorrió el alma.
— ¿Qué haces aquí?— reclamó Declan, como si no fuera él quien tenía su pene en medio de las carnes de otra mujer, traicionando su enlace divino— ¡no tienes ningún negocio aquí! ¡Lárgate! lárgate a tu habitación— susurro él de forma amenazante.
Carola, la loba de Beca por instinto, bajaba la cabeza… el hocico, ocultando su fuerza y su presencia y a pesar que Beca sentía que debía hacer lo mismo, la necesidad de luchar una última vez por el enlace bendecido por la Diosa Luna la mantuvo firme en su lugar.
— Hoy es nuestra luna quinientos…— declaró ella con una paciencia y un autocontrol que ni ella misma podía creer que tuviera aunque sus manos seguían temblando de impotencia — desde nuestro enlace, han pasado quinientas lunas Declan, quería sorprenderte…— se detuvo un instante para mantener su autocontrol,— quería reiniciar nuestro enlace, ser una pareja de verdad ante…
— Tú y yo no somos nada— dice Declan al mismo tiempo que embiste una vez más a Leyra sacándole un jadeo lleno de placer.
Placer que ella no contiene en su garganta, sino que lo suelta en un grito.
— De no ser por el consejo de manada — declara Declan al mismo tiempo que embiste de nuevo a Leyra.
Cada jadeo era una puñalada al corazón de Beca porque en cuanto sus lobos se habían reconocido, un amor casi asfixiante había nacido en ella.
— Tú…— otra embestida.
Declan estaba dejando claro que no le importaba haber sido descubierto, él no iba a detenerse solo por tenerla presente.
— No serías…— otra embestida, otro empuje sacando un grito lleno de lujuria de Leyra.
— La luna de esta manada.
Beca hizo dos puños sus manos, ahogándose en el dolor, aferrada a su última esperanza, porque si no sería por las buenas... Sería por las malas.
— La luna de esta manada soy yo— declara Beca — quieras o no quieras Declan— el tono de voz tan sereno y autoritario hizo que el rostro confiado del alfa cambiara.
— Eres lo que eres por mí— declaro él apretando las quijadas, era tanto el odio que sentía en este momento que llegó a olvidarse que estaba dentro de los pliegues de Leyra.
Beca levanta el rostro con el poco orgullo que le quedaba, al presenciar esta escena.
— ¡Soy lo que soy por designio divino de la Diosa Luna! no por ti…
Las palabras de Beca calaron en lo más profundo de Alfa Declan porque solo le confirmaban algo que tenía más que claro.
Él no podía controlar su destino.
—Tú mismo lo has dicho— declaró Beca sintiéndose cada vez más poderosa, sintiéndose cada vez más segura de sí misma.
El ambiente en la habitación había cambiado y ella sentía que las paredes ya no eran tan grandes ni intimidantes como antes.
Porque finalmente había descubierto una verdad que siempre había estado frente su cara.
Ella era la luna de la manada Sangre Lunar quisieran o no, ella tenía poder.
En ese momento Declan saca su pene de Leyra y se acerca desnudo inundando con su olor sensual y cautivador los sentidos de Beca.
En ese instante, ella comenzó a tragar saliva y su loba comenzó a ponerse en celo.
Porque por más furiosa que estuviera, las hormonas de Declan siempre la hacían ceder, era parte de la pertenencia a su enlace.
— ¿Esto es lo que quieres?— Dijo Declan tomando su enorme miembro hinchado y venoso con sus manos a pesar de haber tenido un orgasmo recién, estaba listo para continuar con otra lucha.
Ella bajó la vista y se encontró con él moviendo una y otra vez su mano provocando una excitación en ella que no podía detener.
Beca salió de su trance carraspeando y levantó la mirada para enfocarla en él… su rostro.
— Te quiero completo —declaró ella segura tratando de ignorar esa esencia tan extraña que estaba sobre su cuerpo, el olor de Leyra— quiero tu cuerpo, tu mente, tu alma y tu corazón.
En ese instante una risa sarcástica del alfa inundó habitación por completo.
— De todo lo que mencionaste… de tu larga lista, solo esto es lo que tendrás— declaró el alfa manteniendo cada vez más cerca de ella su miembro.— Y no tendrás que esperar a ver si así te ubicas.
Declan la tomó entre sus manos para levantarla, y llevarla cargando hasta su habitación, en medio de gritos, quejas y golpes de parte de Beca.
Lo último que ella alcanza a ver es una sonrisa de Leyra que se despide de ella de forma burlona.
Todos los pasos de Beca se vuelven más pesados y desafiantes, el peso del joven cachorro sobre sus hombros era algo a lo que no estaba acostumbrada a cargar, después de tanto tiempo alejada de su mate, la conexión con la fuerza de su lado licántropo se mantenía en un ir y venir inestable, y la lucha que había tenido la había desgastado completa.Las dudas inundaban la mente de la morena.— Entonces— susurra ella sin querer entrometerse demasiado— ¿qué haces por aquí? eres demasiado joven para ser un ermitaño, demasiado grande para haberte perdido y muy decidido como para no saber qué hacer…En ese momento los ojos del joven muchacho se abrieron impactados, ante lo fácil que había sido para la morena leer por completo su vida.— Sólo aparecí aquí— susurra él un poco inseguro— muchas gracias por ayudarme, aunque ahora…— dice al mismo tiempo que comienza a ver el cielo tratando de identificar el área en el que se encontraba— no sé realmente dónde estoy…— Tranquilo, no te preocupes, te l
— ¿Así que eres licántropo? — Cuestiona el tercer atacante sorprendido— se supone que no hay de esos en estas áreas…El lugar en que se encontraban era tierra de nadie, y los licántropos eran por naturaleza pertenecientes a manadas.—¡Que demonios! — Grita al mismo tiempo que observa que la loba que estaba desmembrando el cuerpo de su amigo, ahora sin un ápice de esfuerzo arrancaba la cabeza del herido…— ¡No te acobardes Bob! — Grita el más gordo— Podemos pensarlo como una cacería mas de la noche roja…En ese momento de forma impredecible el hombre abre sus quijadas y muestra sus colmillos fuertes y peligrosos.~ ¡Es un vampiro! ~ Grita Beca por el enlace mental al mismo tiempo que observa al pobre cachorro en el suelo aun entre el camino de la vida y la muerte...“¿Por qué se ocuparían tres vampiros para acabar con un pequeño cachorro?” Se preguntó Beca al mismo tiempo que saltaba para evadir un ataque directo de parte del que habían llamado antes Bob.La loba parecía volar por los
En total silencio la morena se levanta como todas las mañanas para tomar una pequeña canasta y recoger bayas para los ancianos.La luz del sol se cuela por las copas de los pinos y dan un calor reconfortante al rostro de Beca.~ Puedo pasar toda mi vida así~ piensa~ no es necesario que sepan quién soy, no es necesario que sepan mi sufrimiento, solo necesito existir y ya~ ~ Podemos irnos~ dice Carola quién se encuentra débil por la falta de ejercicio y por el lazo cada vez más roto de su mate Ash, pero presente siempre para Beca~ vamos luchemos, conozcamos…~ ~ Nuevos horizontes ¿para qué? no podemos rehacer nuestra vida, el lazo con Declan sigue estando ahí, sigue estando presente y en la luna mil simplemente voy a morir, ¿para qué hacer más lazos? ¿Para qué querer a gente que voy a dejar atrás?~ cuestiona Beca por el enlace mental. ~ Todos me traicionaron o me abandonaron, o murieron y me dejaron atrás, no vale la pena~ ~ ¿Qué será de nosotras?~ cuestiona Carola de nuevo, est
El alfa sonríe.— Haces un buen trabajo escondiéndote además…— dice Declan menospreciándolo— tengo cosas más importantes que hacer regularmente.El curandero se gira mirándolo a los ojos de forma orgullosa por primera vez en su vida siempre lo había respetado aunque últimamente sus decisiones iban de mal en peor.— Alfa ¿por qué lo hace? ¿Por qué me castiga por hacer exactamente lo que usted me pidió?— ¡Te ordené que la salvaras! ¡Te ordené que salvaras a mi cachorro! A cambio ¿qué me diste? una mujer defectuosa, una mujer incapaz de procrear herederos, ¡eso fue lo que me diste! ¡Una botella vacía sin razón de existir!El rencor, el odio estaban plagados en cada uno de sus palabras, toda la frustración que había sentido durante ese tiempo estaba saliendo a flote.— Pero nuestra luna…— ¡Silencio!— grita Declan perdiendo la compostura de nuevo, con respiraciones agitadas. — ¡Declaré que está prohibido pronunciar su nombre en mi territorio! ¡Está prohibido que cualquiera que esté a mi a
— — Tiempo después — —El aire se encuentra frío, calando en cada una de las pequeñas vertientes que se abren en su pelaje por la velocidad del lobo, haciéndolo sentir vivo, haciéndolo sentir completamente fuera de control.Ash el lobo de Declan, corría decidido a encontrar el olor que mantenía impregnado en sus fosas nasales aunque en ese instante, justo cuando parecía haber encontrado a la presa perfecta, una bestia monumental se presenta frente a él.El lobo con la ferocidad y valentía características de un alfa comienza a gruñir y a preparar sus zarpas para una lucha que sería de vida o muerte.Los golpes, zarpazos y heridas comenzaron a brotar por todo su cuerpo, como si fueran una especie de maleficio.— Necesito encontrarla, necesito encontrarla— decía Ash una y otra vez en medio de aullidos, al mismo tiempo que luchaba por mantenerse en una sola pieza.Pero esa enorme bestia que parecía medir más de cinco metros de altura, que no era más que una bola que parecía estar cons
Declan estaba prácticamente pisándola, dejándola saber que era poco menos que nada.En ese momento el rostro de Leyra que ya se encontraba rojo e inflamado ahora estaba conteniendo un dolor indecible.— Pídele perdón…— Ordena el alfa.— ¿Que dijiste? — cuestiona Beca sin poder creerlo.— Si, ruega que te perdone, suplica que busque la manera de perdonarte por las atrocidades que hiciste, por ser un veneno en el mundo que solo reparte miseria y dolor.Las palabras de Declan dolían en lo más profundo de su ser, pero su mirada, era peor cada una de sus pupilas era una sentencia de odio y declaración de no tener camino alguno de redención.No para él.— No. — Esas dos letras fueron como un susurro del viento, que pudo llevarse flotando hasta la lejanía pero el oído agudo de cada uno de los licántropos que estaban presentes permitió que Declan se sintiera completamente arrasado por la rabia.Declan comenzó a abofetearla una y otra vez como si hacerlo eliminara todo el descontrol y rabia qu
Último capítulo