Capítulo 6.

—— QUEDAN 498 LUNAS ——

Beca comienza a despertar en medio de la inconsciencia, siente humedad  en su cuerpo por completo, una especie de líquido viscoso se encuentra en sus manos, en sus brazos en su cuerpo.

“¿Qué es esto?” piensa ella al mismo tiempo que abre los ojos para encontrarse de forma sorpresiva frente a ella a Alfa Declan y Leyra observándola dormir.

— ¿Qué hacen aquí? ¿Por qué han entrado a mis aposentos?— declara ella cubriéndose con la manta un poco mejor, No los había molestado, incluso los había evadido y ¿ellos habían regresado ahora a ella?

Una risa sarcástica aparece en el rostro Declan al mismo tiempo que tensa sus quijadas y su mirada asesina parece atravesar a Beca de forma contundente.

— ¿Crees que tienes derecho a privacidad cuando estoy presenciando una verdadera aberración? ¡No por ser la luna de la manada tienes derecho a hacer lo que tú quieras! ¿Qué clase de estupideces has estado haciendo Beca?

La rabia en el rostro de Declan hacía que Carola loba de Beca se inclinara encogiéndose, cediendo ante el aura de poder del Alfa.

— ¿De qué estás hablando?— aunque en ese momento no pudo terminar la pregunta Beca comenzó a sentir el olor terroso y característico de la sangre.

En ese momento ella baja la mirada para encontrar absolutamente todo su cuerpo, sus tendidos, su piso, toda la habitación completamente llena de sangre.

— Pero… pero… pero… — manotazos y muestras de una lucha estaban impregnados en cada uno de los centímetros de la habitación, incluso la ventana que se encontraba abierta tenía manotazos desesperados marcados en sangre en las paredes.

— ¿Qué hicieron? ¿Qué sucedió?— dice ella comenzando a temblar aterrada ante lo que sus ojos presenciaban.

Porque ahí entre sus piernas se encontraban los intestinos de alguna criatura.

— ¿De verdad no lo sabes?— cuestiona Leyra con un tono de falsa preocupación— ¿ no recuerdas qué es lo que hiciste anoche? oh pequeña — dice con un tono casi maternal—Yo creo que ella  no está tan bien como nos quiere hacer creer.

En ese momento Leyra pone su mano en el brazo de Declan de forma cariñosa, como si ella fuera la pareja.

— ¡No te cansas!— grita Beca en ese instante— ¡¿no te cansas de restregarme que eres la amante patética y arrastrada de mí pareja?!

En ese momento las manos de Beca se volvieron garras.

— Oh yo no quería…— Susurra Leyra alejando sus manos de Declan.

— Te prohíbo que te transformes—  declara  el alfa de forma amenazante y en ese instante todo su cuerpo comienza a cubrirse en pelaje. — No quiero que vuelvas a asesinar a nadie ¿acaso estás loca Beca? ¡mira lo que hiciste!—  le grita frustrado al mismo tiempo que se acerca a ella y la toma por los hombros de forma agresiva para sacarla de la cama y levantarla para que observe todo lo que la rodea.

— No… yo no fui… yo no lo hice… yo no …— Repetía Beca en bucle.

—  ¡Tú no … Tu no… tu no…! —grita el desesperado como si cada una de las palabras de ella fueran una declaración de culpa y no un intento de justificación totalmente en vano para sus oídos.

En ese momento, los ojos de Beca se concentraron en la cabeza decapitada que acababa de observar estaba a un lado de su almohada en la cama.

Todo su cuerpo se tensó, toda su respiración, cada una de sus inhalaciones comenzó a sentirse errática y fuera de lugar insuficiente para mantenerla tranquila.

— ¡No… no… no…!—  decía ella— él no— al mismo tiempo que observaba su cabello oscuro bañado en sangre, sus ojos completamente nublados por la muerte y la barba que había tenido tanto cuidado en mantener, ese hombre atractivo simplemente ahora era un pedazo de cadáver.

— ¡No… no suéltame ya!— gritaba desesperada, tirando manotazos y patadas para acercarse, para tratar de armar las piezas, para regresarlo a la vida,— no él, no puede morir, él no puede estar en esta situación, no pudo dejarme sola… — Jadea al final ella.

Declan al escucharla tan llena de dolor, tan envuelta en la pérdida de ese hombre la jala para enfrentarla.

— Él era tu amante ¿verdad?— declara ardiendo en un sentimiento que él no podía aceptar que eran celos.

En ese momento ve que gira su rostro inundado en llanto temblando ante el dolor.

— Él no era mi amante pero independientemente de eso, es algo que a ti no te importa.

— Cariño— dice Leyra con un tono suplicante en la voz— creo que deberíamos ocultar todo esto, el consejo no lo tomará bien… ella podría.

— ¿Qué cosa no tomaremos a bien?— cuestiona Amadeo.

En ese momento el ambiente estaba completamente tenso, tanto que podría cortarse con el movimiento de una mano, frente a ellos se encontraba el concejal Amadeo, el experto en estrategias de guerra e invasión.

El hombre fuerte, musculoso con un paso decidido entró en la habitación y sin hacer un solo gesto observó cada uno de los detalles de la habitación hasta que se encontró con la cabeza del guerrero que había estado buscando toda la noche.

— Por lo visto ya lo encontré —declaró con un tono sombrío.

En ese momento su mirada se desvió hacia Beca.

— Marcus era un alfa destacable, un guerrero invencible es una lástima que haya sido derrotado por alguien a quien debió proteger.

— Yo no lo hice, yo no lo hice ¡créame por favor!— decía Beca desesperada con las lágrimas corriendo por sus mejillas— yo no lo hice, yo no lo hice de verdad, él para mí… era…— en ese momento se quedó callada porque habían jurado mantener ese secreto, no podían decirle nada, a nadie lo que eran ellos dos.

— ¿Qué?— cuestiona Declan al mismo tiempo que la sigue presionando dejando marcas en sus brazos— ¡Dime maldita sea por la diosa Luna! ¿qué carajos eran él y tú? ¿crees que pasó desapercibido para mí tu olor en su cuerpo de forma constante  y su olor en el tuyo?

En ese momento los ojos de sorpresa ante la idea de haber sido descubierta llegaron a Beca.

— Lo sabías

— ¿Crees que no? yo lo sé todo —declaró el Alfa con tono brusco— y ahora esto solo me ha dejado una opción.

— No esa no debería ser la solución— declara Leyra al mismo tiempo que se acerca a él y lo toma del brazo intentando tranquilizarlo. — No puedes hacerle esto— dice ella fingiendo tener compasión por la que ha sido su enemiga desde el momento que había aparecido en esa manada.

 Declan niega con la cabeza pero se mantiene en silencio.

Silencio que es roto por Amadeo.

— Habrá reunión de parte del consejo de manada, necesitamos declarar la culpabilidad o inocencia de parte de la Luna por asesinato infringido a uno de los mismos integrantes de nuestra manada.

En ese momento todos se tensaron, Leyra ocultó una sonrisa y Beca solamente se sintió más hundida de lo que se había encontrado nunca.

El poder al que había estado aferrándose y que finalmente había descubierto que tenía, estaba a punto de desaparecer.

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