C113: Nadie de ese Clan merece vivir.
Dorian alzó una mano con cuidado y acarició la mejilla de Somali con el dorso de los dedos, con una ternura que contrastaba con la dureza del ambiente.
—No es verdad que no hiciste nada por mí —le dijo, mirándola a los ojos—. Hiciste mucho más de lo que crees. ¿Sabes por qué? Porque cuando estabas allí, dentro del sistema del laboratorio, te acercaste a mí. Entraste a la habitación en donde estaba cautivo, sabiendo que no debías hacerlo. Aquel día rompiste las reglas solo para estar cerca… y fue por eso que pude sentirte. Fue tu aroma lo que me guio, fue tu presencia lo que me salvó. En medio de toda aquella oscuridad, tú eras la única luz. Ahí fue cuando supe que tú eras mi mate. Si no lo hubieras hecho, si no te hubieras arriesgado, quizás iba a ser más difícil encontrarte.
Ella lo escuchaba con atención, conmovida.
—Y luego te despidieron —agregó Dorian—. Te condenaron por acercarte a mí, por mostrar humanidad. Fuiste tú, Somali. Fuiste tú la razón por la que aguanté tanto tiempo a