C153: Parece ser simplemente normal.
La tarde comenzaba a enfriar con la brisa del bosque que se colaba entre los árboles, arrastrando hojas secas que bailaban sobre la hierba. El cielo, cubierto de tonos cálidos y naranjas, se iba tiñendo de lavanda.
En ese momento, Iván regresaba corriendo entre los arbustos, todavía con el cuerpo vibrando de emoción tras el entrenamiento que había tenido con Dorian. Llevaba el cabello rubio alborotado, la frente sudada, y una chispa de energía viva en sus ojos.
Somali lo observaba desde el umbral de la casa, con las manos cruzadas sobre su vientre. Aún no se lo había dicho a Iván, y aunque quería esperar un poco más, Dorian la había animado a compartir la noticia con él. Su hijo era inteligente, observador, y tenía derecho a saberlo. Era parte de la familia, después de todo, y nada les emocionaba más que imaginar su reacción.
Cuando Iván la vio, sonrió con toda la fuerza de su alegría. Corrió hasta ella sin detenerse, abrazándola con la misma ternura con la que siempre lo hacía, como