Con sus padres asesinados, la princesa Omega del Oeste, después de ser perseguida por su tío adentrándose en la manada del Norte, se ve obligada a convertirse en la amante secreta del Alfa más sanguinario de los cuatro reinos. Justo cuando se da cuenta que se ha enamorado y está embarazada del Alfa Kian, se entera que él va a casarse con su prima rompiéndole el corazón. Dana está decidida a hacer pagar a todos los que la lastimaron y sobre todo a proteger a sus cachorros, es por eso que cuando su ex prometido aparece no duda en huir con él volviendo completamente loco de celos al Alfa despiadado.
Ler maisLA MANADA DEL OESTE
—Antes de morir, ¿Cuáles son tus últimas palabras, mi querida sobrina?
Veo ese brillo asesino en sus pupilas mientras levanta sus garras tratando de encajarlas en mi piel para robarme mi último suspiro, como lo hizo con mis padres. Y pronto, una sonrisa maliciosa se extiende por su cara.
—¡Vas a pagar por esto, haré que te arrepientas!
—¿De verdad?
Está burlándose de mí, pero no le respondo. Sin que lo espere, levanto mi pierna golpeándolo fuerte con mi pie justo en la garganta logrando dejarlo sin respiración por unos segundos.
Enseguida ruedo mi cuerpo por la tierra apartándome de él mientras me pongo de pie en el acto sin volver a mirar en su dirección.
Esta puede ser mi última oportunidad y no voy a perderla.
Estás cerca de tu destino, Dana.
—¡Voy a matarte!
El vello se me eriza sabiendo lo cerca que está.
Soy débil en comparación a él. Un Omega que ha ido a la guerra más veces de las que soy capaz de contar mientras que yo ni siquiera tengo a mi loba aún. Sin embargo, yo no dejo de luchar.
Sus dedos se clavan en mi cuero cabelludo tirando del pelo logrando que gimiera de dolor, pronto me patea la pierna tirándome al suelo.
Jadeo sintiendo el sabor a hierro en mi boca partida. Pero no se detiene ahí, no para de golpearme sin piedad, cada parte de mi cuerpo duele por su crueldad, al mismo tiempo que la sangre cae silenciosa hasta el frío suelo empapándolo.
—Eres patética Dana, ¿Cómo creías que podrías gobernar el reino siendo una Omega tan pusilánime? Nadie te quiere en nuestra manada. Eres débil, una verdadera vergüenza para los nuestros. Al morir, todos en la manada se darán por satisfechos al no tenerte como gobernante. No eres más que basura, me desharé de ti.
La niña dentro de mí quiere llorar por la crueldad de mi tío Owen. El mismo que siempre creí era mi segundo padre ahora me maldecía y quería acabar con mi vida por sus ansias de poder.
Pero la hembra adulta que soy no se doblega.
—Mereces morir tanto o más que tus padres.
Sus palabras me llenan de rabia mientras atraviesa con sus garras mi espalda como el traidor que es, marcando mi piel con brutalidad.
Se fuerte, levántate Dana, él te encontrará.
Me aparto de sus garras intentando que la herida no sea más profunda de lo que ya es.
—Nunca serás el gobernante de la manada del Oeste —aseguro con voz temblorosa.
Con las pocas fuerzas que me quedan doy un duro golpe en su entrepierna alejándome una vez más de su agarre y me echo a correr escuchando su aullido de dolor.
No falta mucho.
—¡Ahora sí firmaste tu sentencia de muerte, m*****a. Voy a hacer que te arrepientas por esto!
Ahora mismo solo tengo dos opciones. Morir en sus manos o cruzar los límites de la manada del Norte.
Sé que no me queda demasiado tiempo para llegar pues conozco a la perfección mis tierras.
—¡Detente!
—¡Nunca!
Acelero sin aliento viendo los límites al fin.
Solo un demente se adentraría al reino Norte pues su gobernante es el Alfa más cruel que ha pisado los cuatro reinos. Un asesino a sangre fría que mata por placer. O eso solía decir todo el que se encontraba con aquel macho.
—¡Dana!
De reojo puedo ver como estira su mano en mi dirección probablemente buscando detenerme para matarme él mismo pero yo no le doy esa opción.
Mi visión se nubla ligeramente por la pérdida considerable de sangre que he tenido aunque me las arreglo para acelerar el paso. Mis piernas parecen hechas de gelatina pero agradezco a la diosa luna siempre haber sido tan rápida o ya estaría muerta ahora mismo.
—¡¿Estás loca?!
En el momento que mis pies invaden los límites de la manada del Norte es cuando dejo que mi cuerpo se desplome y experimento una debilidad fatal.
Oh diosa, estoy muriendo.
Las heridas que me provocó Owen son profundas y acabarán mal a menos que pueda combatir el veneno de sus garras rapaces.
Sonrío ladinamente mirando hasta donde estaba parado observándome con el ceño fruncido y la mandíbula apretada, podía esperarme una muerte segura, pero al menos no moriría en sus traidoras manos.
—Nunca te daré la satisfacción de matarme, seré la causa de tu muerte. Acabaré contigo —prometí como si no estuviera muriéndome.
Él sonríe con maldad pero sin atreverse a dar un paso en mi dirección. Sabía que no lo haría porque un cobarde como él jamás desafiaría al Alfa del Norte entrando a su manada sin permiso.
Mucho menos sin refuerzos.
—Estás muerta.
Veo como huye al escuchar un montón de pasos viniendo en mi dirección.
Mi respiración cada vez se hace más suave, mi visión, borrosa, estoy tan mareada que siento que todo está dando vueltas. Parpadeo intentando mantenerme consciente, probablemente el Alfa del Norte me matará tan pronto como me vea pero aún así mantengo mi esperanza, quizás pueda hacerlo mi aliado.
Los pasos se detienen mientras escucho un gruñido que me pone la piel de gallina.
Algo pareció cambiar aunque no estuve segura de lo que fue pues yo estaba demasiado aturdida. Mi cabeza cae a un lado sin fuerzas, el cabello cubre mi rostro apenas dejándome ver algo.
Necesito ver al Alfa Kian, pedir su ayuda ante la traición cruel de mi tío quien planea apoderarse de mi manada.
En mi campo de visión aparecen un par de botas masculinas provocando que un poco de esperanza creciera.
No puedo ver de quién se trata por lo débil que me siento, estoy segura que fue la adrenalina lo que provocó que antes corriera tan rápido y tuviera la fuerza para seguir.
—P-por fa-avor, ayúdame s-señor.
Me agarré a su bota con mis últimas fuerzas pero entonces todo se volvió oscuridad, sin saber lo que pasaría a continuación pues mi vida estaba a punto de cambiar.
DOS AÑOS Y UN MES DESPUÉS:Esta mañana no había visto a Kieran y el anhelo de hacerlo la estaba volviendo loca.Él había tenido que ir hace un par de días al Bosque oscuro a arreglar unos asuntos con su cuñado y ella no había podido acompañarlo, no solo porque debía cuidar a los cachorros que cada día estaban más grandes y habladores, sino también, porque tenía una obligación con la manada, no solo era la gobernante del Noroeste junto a su Kieran, sino que también había llegado a convertirse en la entrenadora oficial de las hembras que se unían a las filas de la guardia real que mantenía no solo la casa de la manada a salvo, sino también toda la manada.Aisha había entrenado mucho más duro que antes por las noches después de que sus cachorros dormían, Kieran la ayudaba, pero ahora podía hacerlo por su cuenta y entrenar a las hembras verdaderamente interesadas en ser parte de la guardia real como ella había querido cuando era más pequeña.Al igual que Dana, la historia de Aisha había h
Kieran se quedó sin aliento al ver bajar por las escaleras a su hembra sosteniendo en sus brazos a su cachorra, mientras que Dana llevaba a Asher también en sus brazos. Nunca podría sacarse de la cabeza, lo hermosa que se veía.La amaba.Él jamás había pensado experimentar pensamientos posesivos como los de su padre pero desde que había marcado a Aisha todo había cambiado, no quería que ningún otro macho la mirara aunque eso obviamente no era posible pero el hecho de que llevara su marca lo hacía sentir extasiado porque ella era suya.Sus ojos se encontraron con los de ella en una fracción de segundos antes de qué terminara de bajar.Pero no solo los de él, sino que todos están mirando ansiosos a su hembra. Aisha se había ganado el respeto de todos los lobos de la manada, incluso aunque esos dos meses no hubiera estado deambulando mientras cuidaba a sus cachorros. Había uno que otro incrédulo, pero no le importaba nada lo que otros pudieran opinar, estaba seguro de que su hembra demos
DOS MESES DESPUÉS:Kieran la había cuidado tanto esos meses que apenas había salido de la habitación. Ella misma se había aferrado a cuidar a sus cachorros, alejándolos de todo el peligro a su alrededor, sin embargo, se había enterado por sus cuñadas que todos en la manada sabían que ella era su compañera y lo que había pasado en la brecha. Ella convertida en Loba roja. “—Katherine despertó tu instinto y eso fue lo que hizo que tu loba se mostrara, el estallido, ella lo necesitaba para que tú adquirieras es poder suficiente y no murieras en ese instante con nada de lo que Alastar haría —explicó Gala con paciencia en aquel momento después de que sea hijos se fueron al futuro—. Si tu loba no hubiera aparecido hubieras muerto ese día también. Que los cachorros vinieran a esta línea del tiempo siempre estuvo en su destino. Algo parecido le sucedió a Dana. Aunque su loba roja ya se había mostrado a ella, esta se hizo más fuerte cuando hubo una amenaza con sus cachorros. Esa es la manera
Kieran sostuvo al pequeño cachorro aferrándolo a su pecho embelesado con la criatura tan maravillosa que su compañera y él habían creado.Ciertamente, no había tenido tiempo para disfrutar del embarazo de Aisha pero a partir de ese momento prometía estar en cada uno de los momentos con su hembra y sus cachorros.Llevó a Asher hasta Aisha y ella lloró al ver a su cachorro.Su piel delicada estaba enrojecida pero cuando sus párpados se abrieron pudieron ver el color exacto de su madre en ellos.—Diosa, nuestro cachorro es tan hermoso Kieran —susurró mirando al cachorrito y Kieran asintió con la cabeza.Besó la frente de su hembra conmovido.—Jamás pensé verme así —dijo Asher con el ceño fruncido viendo su pequeña versión.Aisha estuvo a punto de reírse pero un nuevo dolor la sacudió.—¡Ah!El grito fue estridente.Ahogado.—Tranquila, cariño. Respira —habló Dana suavemente a su lado instándola a tomar aire.Aisha apretó sus dientes, pero al sentir una nueva oleada de dolor empujó profund
Gala se posicionó entre las piernas de la hembra ayudándola a prepararse, mientras que Kieran susurraba palabras de aliento, apretando su mano. Sus cachorros cayeron de rodillas al lado de su padre listos para presenciar su propio nacimiento.Kian le dio una mirada a su hijo y Kieran asintió con la cabeza.“—Me ocuparé de nuestra manada, cachorro. Mientras tú recibes a tus propios cachorros.”Habló Kian por el link.Enseguida vio una nostalgia en los ojos de su padre que por primera vez, entendía perfectamente.Él mismo estaba a punto de ser papá.“—Gracias, papá. Por todo. No te culpes, hiciste lo mejor que podías. Lo bueno es que todos estamos a salvo.”Dana le dio un beso en la mejilla a su compañero ajena a la conversación mental que estaba manteniendo padre e hijo.Enseguida se dirigió a donde estaba Aisha acostada con la frente llena de sudor, tomó la otra mano de la cachorra que ahora era la hembra de su hijo y empezó a hablarle suavemente.—Sabía que eras especial, estamos dem
—¡Mamá! Asher corrió hasta ellas arrodillándose frente a su madre apretando su mano.Los ojos y ya se abrieron abruptamente otra vez entendiéndolo todo, había confundido a su propio hijo con el hijo de Alison, pero ¿Alguien podía culparla? Este era su hijo en el futuro. Su Asher estaba aún en el vientre, pero estaba luchando por salir ahora mismo.—Duele tanto…Ellos eran ajenos a lo que estaba sucediendo a su alrededor. Sus dos cachorros estaban dándole fuerza algo tan surrealista, porque eran ellos los que querían venir al mundo.Las contracciones cada vez se hacían más fuertes.En ese momento algo sucedió en la cueva y al alzar la mirada ellos se dieron cuenta de que Kieran había acabado con Alastar al fin.De repente su magia había sido liberada.El alivio se vio suplantado por el dolor de sus entrañas y esta vez ya no pudo suprimir el grito que se arrancó de su garganta.Estaba sudando, los mechones de su pelo se pegaban a su cara.Aisha hubiera estado asustada por el golpe que
Último capítulo