Mundo ficciónIniciar sesiónCada uno de nosotros luchaba con sus propios sentimientos de traición, dolor y confusión. Papá, que hasta ahora había permanecido en un silencio tenso, finalmente habló:
—Giuseppina, has sido mi esposa durante décadas. La madre de mis hijos. Creí conocerte, pero ahora... —Se detuvo porque su voz se le quebraba por la emoción contenida—. ¿Cómo podemos confiar en ti después de esto?—Lo sé, lo sé. No merezco su perdón —Mamá levantó la mirada, sus ojos llenos de lágrimas y desesperación fijandola en papá que la observaba incrédulo. —Pero tienen que creerme cuando digo que los amo. A todos ustedes. Cometí errores terribles, pero cada día desde entonces he tratado de enmendarlos, de ser la madre y esposa que merecen.El abuelo, que había permanecido en silencio, observando






