Esperé por su respuesta, pero no llegó. ¿Dónde estaría? Era la única persona que sentía que estaba de mi lado, aunque fuera un desconocido. Sin embargo, sentía que me estaban observando, aunque no podía ver desde dónde ni quién. Después de escuchar la insistencia de todos en no suspender la boda, sentía que estaba siendo vendida o algo peor.
—¿Qué desea beber? —preguntó un camarero a mi lado. —¿Qué me recomienda? Necesito algo fuerte —dije por lo bajo—. Lo dejo a su consideración. Cuando llegue mi familia, pediremos la cena. El camarero asintió y se marchó justo a tiempo para ver que llegaban; sus expresiones cambiaron al verme. Celeste, era la viva imagen de la víctima. Sus ojos, generalmente realzados con el más meticuloso maquillaje, estaban desnudos y vuln