DANTE:

La vi mirarme a los ojos y negar con la cabeza. Por un instante, se quedó mirándome y me pareció ver en el fondo de su mirada un llamado de ayuda. Me acerqué a ella como lo haría con cualquiera de mis hombres. Cambié algunas armas y otros objetos que había colocado al frente y me aseguré de que su casco estuviera bien ajustado.

—Sube detrás de mí —ordené, y me acomodé en mi moto. Ella titubeó por un momento, pero al ver que todos los demás estaban listos, de un salto se acomodó en el asiento de mi moto detrás. —Agárrate bien.

 Con Diletta firmemente sujeta a mi espalda, arranqué la moto y nos unimos al resto del equipo. Podía sentir su tensión, pero también su determinación. Esta misión no sería fácil, era su prueba de fuego y yo haría que fuera emocionante, la conocía. Vivía para la adrenalina, y yo se la daría con creces, no la presionaría, haría que viviera las más increíbles emociones a mi lado, de esa manera tenía una gran esperanza de reconquistarl