Mundo de ficçãoIniciar sessãoALONSO:
Un silencio denso se instaló en la caverna cuando Vittorio terminó de hablar. La atmósfera se sentía opresiva; sentíamos que un peso invisible aplastaba el aire mismo. Miré los objetos mágicos esparcidos sobre la piedra, luego a Vittorio, y finalmente a mis propias manos.
—¿Quiere decir que el motivo de que realicen esa detestable ceremonia sacrificando a mujeres inocentes es sólo para alcanzar el dinero? —pregunté, sintiendo que la rabia me ahogaba.Miré mis manos, que ahora, según acababa de descubrir, tenían el poder de deshacer siglos de lo que ellas creían magia. Porque, como yo lo veía, se trataba de mujeres con una inteligencia superior que las ubicaba por encima de la media humana, y a las cuales los hombres siempre les han temido y catalogado de “brujas”. "¿Y ahora qué?", pensé, sintiendo el peso de es






