Mundo de ficçãoIniciar sessãoALONSO:
Por lo que estaba aprendiendo en las escrituras de mi abuelo, la relación entre los Garibaldi y las Janare era como una danza constante de atracción y repulsión desde su surgimiento, y adquiría ahora un significado más profundo y trágico. Las Janare luchaban por proteger su legado, que consideraban mágico y no fruto de sus excepcionales habilidades. Y nosotros, los Garibaldi —al menos la nueva generación— éramos ignorantes de nuestro papel como involuntarios antagonistas en esta historia milenaria. Todo era tan opresivo que hacía que contuviera el aliento. Los focos de nuestros cascos bailaban en las paredes de piedra mostrando las terribles condiciones en que mi pobre abuelo había sobrevivido cuando lo tuvieron prisionero. La misma roca susurraba secretos antiguos, pero ninguno era lo suficientemente claro.
—Señor Alonso, creo que fueron las Janare las culpables






