215. CONTINUACIÓN
ALONSO:
Avanzamos hacia la montaña que se alzaba como un coloso vencido entre la maleza y el tiempo. Las sombras del bosque parecían ojos vacíos y hostiles. Dio la sensación de que el aire se volvió más denso; el frío se colaba por el cuello de mi camisa.
—¿Gabriel? —Volví a llamarlo por el comunicador.
—Sí, los tengo posicionados y listos para entrar en acción —contestó de igual modo.
Sentí cómo la adrenalina comenzaba a correr por mis venas. Lo que fuera que nos esperaba en el Monte Terminio, estábamos a punto de descubrirlo. Y yo estaba listo para enfrentarme a lo que fuera necesario para salvar a mi familia.
—Elévense más —Filipo le ordenó a los pilotos—. No dejen que los vean desde la tierra.
—No bajen todos —ordené a los jóvenes—. Solo mis hombres.
Todos obedecieron nuestras órdenes. El grupo élite de francotiradores de mi sobrino Gerónimo con otros se quedó, además de ordenar a los drones bajar y pedir que hicieran un rastreo por el satélite de toda el área.
—Gabriel, avísame s