FILIPO:
Con esa pregunta, me recordó que aún tenía mucho por hacer. Tenía que encontrar a mi tío y pasarle la orden de mi padre de desaparecer con su mujer. Al escuchar que no era tan grave lo que tenía Celia, me alegré porque eso facilitaba los planes. La seguridad de la familia dependía de mí y no podía permitirme distraerme. Negué a la pregunta del tío Rossi y me dispuse a continuar con mi tarea, sabiendo que cada paso que daba era crucial para el bienestar de los Garibaldi.
De inmediato le envié un mensaje a mi tío Alonso, informando la decisión de su capo, no me respondió, a lo mejor porque no tenía recepción. Sabía que regresaría al lado de Celia, así que decidí hacer un recorrido por todas las instalaciones que no conocía bien. Caminé junto al lugar donde Nectáreo había esp