DILETTA:
Asentí, aunque en mi interior sospechaba que esto era solo una excusa para indagar sobre qué tipo de relación mantenía yo con su esposo. Me levanté y seguí a Cristal, notando cómo mi hermano me lanzaba una mirada que decía claramente "no seas impulsiva".
Mis pasos se detuvieron al percatarme de que nos alejábamos demasiado del salón donde estaban operando a Celia. Cristal se giró hacia mí, percibiendo mi hesitación, y con una sonrisa tranquilizadora me explicó que solo iríamos hasta la esquina, donde había un baño que podíamos utilizar para cambiarnos de ropa. Su sonrisa se ensanchó al mencionar que había sido Dante quien le había pedido que me trajera una muda de ropa de cambio. Fue entonces cuando me di cuenta de que mi ropa estaba manchada no solo con mi propia sangre sino también con la de mi he