Tenía razón, yo era suya. Mi mente se tambaleaba en sus cimientos, me esforzaba por procesar la magnitud de lo que Alonso había hecho por mí. La cifra en el recibo era… La miraba incrédula, la idea de que alguien pudiera valorarme tanto como para arriesgar una fortuna en mi rescate era abrumadora.
Alonso y yo éramos dos desconocidos que habíamos compartido momentos de intensa intimidad, pero que aún teníamos mucho por descubrir el uno del otro. La transacción que había impedido que mi vida se hubiera convertido en algo que no llego a imaginar, era de tal magnitud, que no la comprendía. ¿Qué lo había motivado a él? ¿Era compasión, un sentido de justicia, o algo más profundo y personal? ¿Me amaría Alonso, o lo hizo por lo que represento? ¿Estará el mafioso Alonso Treviño detrás de la fortu