La ceremonia comenzó con el acto de ascensión del nuevo Alfa. A medida que los ultimos rayos del sol bañaban la explanada sagrada de Lobrenhart, los ancianos formaron un círculo cerrado alrededor de Darien. Portaban cálices con agua de luna y polvo de ceniza ancestral, símbolos de purificación y renacimiento.
Uno a uno, los consejeros pronunciaron los nombres de los antiguos Alfas que habían liderado la manada antes que él, y colocaron sobre sus hombros la capa de mando, tejida con hilos de luna y cuero de lobo negro. Luego, el anciano Lhoran, el más antiguo entre ellos, tomó la corona de obsidiana forjada por los fuegos del monte Varekh y la colocó sobre la frente de Darien.
—Hoy, ante la Luna y el legado de nuestros ancestros, proclamamos a Darien Lobrenhart, hijo de Joldar, como Alfa legítimo de Lobrenhart —declaró con voz firme.
Los tambores retumbaron con fuerza. Un aullido se elevó entre la manada, una señal de reconocimiento, de aceptación.
Darien se arrodilló brevemente, cerra