Capítulo 12. Ecos en tres tiempos.
**La madre del lobo**
Eloísa Restrepo de Castaño caminaba descalza por el jardín trasero de su hacienda en La Calera. El pasto, aún húmedo por el rocío, no la incomodaba. Había algo casi ritual en ese contacto con la tierra. Como si al pisarla, recordara quién era.
Un pájaro graznó en un árbol seco. Eloísa alzó la mirada. No lo veía, pero lo escuchaba. Igual que a sus enemigos. Invisibles, pero audibles. Especialmente ahora, cuando el nombre de Emilia empezaba a sonar con una fuerza peligrosa.
La vieja criada, Ramona, se acercó con el celular en mano.
—Llamó el licenciado Zuluaga. Dice que la señora Clarabella firmó una declaración.
Eloísa no se inmutó. Se sirvió té negro, con una gota de brandy.
—¿Y?
—Dijo su nombre, señora. Que usted dio la orden.
Eloísa suspiró. Dejó la taza sobre la mesa de hierro forjado. El vapor subió con parsimonia, igual que su rabia.
—Clarabella no sabe lo que es lealtad. Por eso está encerrada. Por eso va a morir.
Ramona palideció, pero asintió.
Eloisa cami