Capítulo 17. La pieza que faltaba.
El video estalló en la red a las 6:32 de la mañana.
No hubo anuncio, no hubo advertencia. Solo un enlace viral acompañado por un título que lo decía todo sin decir nada:
“Ella también firmó.”
Era una grabación antigua, captada por una cámara de seguridad en la antigua oficina de Castaño Ltda., cuando Mauro aún vivía. Se veía a Emilia Rivas de Castaño, vestida con una blusa blanca y un pantalón gris claro, firmando documentos mientras hablaba por teléfono.
La imagen era nítida. Demasiado.
El audio fue sincronizado con precisión quirúrgica. Emilia decía frases sueltas:
—“… sí, la cuenta en Panamá está activa…”
—“… eso me lo explicó Mauro…”
—“… si no lo firmo, todo se cae…”
Una pausa. Luego, la frase clave:
—“… igual esto es entre nosotros. Nadie más tiene que saber.”
El corte era limpio. La intención, devastadora.
A las 7:04 a. m., los canales de noticias ya estaban repitiéndolo. Algunos insinuaban manipulación. Otros lo presentaban como prueba irrefutable.
“Emilia Rivas de Castaño podr