Leonardo era un hombre astuto y sabía perfectamente como llegarle a sus víctimas para que no pudiera rehusarse a sus órdenes, intencionalmente dejó un sobre sobre la mesa de noche.
Una vez que Elena lo encontró sin pensarlo dos veces lo destapó, pero el contenido hizo que cayera sentada en el borde de la cama; las fotografías cayeron de sus manos sintiendo un golpe frío en el pecho.
Se trataba de su padre, quien estaba recibiendo una fuerte golpiza; a pesar de la mala relación que había entre los dos lo amaba, era su padre.
Las lágrimas rodaron por sus mejillas, un enorme nudo se apoderó de su garganta, en aquel momento recordó sus palabras, se sintió la peor hija del mundo, por su culpa su padre estaba sufriendo, pero aún así no se arrepentía de haber decidido ser madre.
Necesitaba ponerlo a salvo, no quería que sufriera y menos por su culpa, cerró los puños con fuerza sintiendo impotencia, Leonardo la estaba colocando contra la pared para hacer con ella lo que a él se le antojara