Días más tarde.

Elena se sentía mejor, Leonardo había dejado de un lado aquella preocupación que había dejado en Nápoles, tanto así que hasta su manera de vestir había cambiado, todo bajo la influencia de Elena.

Ahora se veían como una pareja normal, el estado de salud de Marco mejoraba lentamente, lo cual era grandioso para Elena luego de haber sentido que lo perdía.

Elena y Leonardo disfrutaban de un helado bajo el cálido sol, en sus rostros había una sonrisa, el ceño y aquella mirada fulminante Elena había hecho que desapareciera del rostro de Leonardo.

A simple vista él se veía como un hombre diferente, Elena disfrutaba permanecer a su lado, tomarse de la mano y sentirse amada.

—Me alegra ver a este nuevo hombre, todo de ti me fascina, me traes loca Leonardo, tú y tus actos han logrado hacer que nuevamente crea en el amor, ahora con toda tranquilidad y confianza puedo decir te amo.

»Te amo Leonardo con todas mis fuerzas, mi vida y mi corazón te pertenecen, no podría ser feliz