Elena con el cuerpo cansado y su mente agotada estaba tomando desayuno, un vaso con leche y un pequeño trozo de pan duro y añejo que había quedado del día anterior era lo mejor que tenía para ella, su situación económica era la peor.

Se alistó para ir a visitar a su padre, su rostro mostraba la tristeza al soportar aquella clase de vida, aquella donde había pasado de tenerlo todo a vivir en medio de la miseria, aquella situación deplorable no se la merecía nadie.

Con lo poco que le quedaba en su cartera tomó un autobús, fijó su mirada vidriosa y perdida en el vacío, trataba de sobrellevar su situación pensando en sus hijos, sabía que debía encontrar una solución, no podía permitir que sus pequeños pasaran necesidades.

Luego de unos cuantos minutos más tarde Elena ingresó al hospital, con la cabeza baja y el cabello que cubría su rostro fue directo a la habitación donde se encontraba su padre.

Al abrir la puerta su marcha se detuvo, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, len