Leonardo decidió dar un paso atrás, se dio vuelta y salió de la propiedad de su padre quedando como un cobarde, el hecho de enfrentarse con su familia no lo había pasado por alto, simplemente lo había pospuesto, antes de ir a la tumba deseaba hacer algo más.
—Señor, ¿ahora a dónde iremos?, tu padre ha sido claro, no podemos continuar en esta misma ciudad, sin mostrar la más mínima lástima acabará contigo con todo lo que te rodea, ambos sabemos que tu padre no suele amenazar y no cumplir —habló Marcello a su jefe.
—Antes de llamar a las puertas del infierno al iniciar una guerra, necesito hacer algo más importante; la quiero ver una vez más, quiero poner las manos sobre su vientre y sentir a mis hijos —Marcello levantó las cejas al mismo tiempo.
—Debido a las palabras que salieron de tu padre corres un grave peligro, no puedes andar tranquilamente como si no pasara nada, te acompañaré junto con los mejores hombres —Leonardo negó con su cabeza.
—No, iré solo —Marcello espantó la mirad